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El camino fue corto, la dirección lo llevo a un club nocturno, ahí lo esperaban un grupo de mujeres, al parecer querían dar un recorrido por toda la cuidad, la mayoría de ellas estaban ebrias, por lo que no dejaban de decir tonterías o propuestas indecorosas. Logan ignoró lo que ellas decían, aunque le resultó bastante divertido todo lo ocurrido, en algunas ocasiones su trabajo podía ser entretenido.

No fue un trabajo difícil, solo fue recogerlas en el club nocturno y llevar a cada una de ellas a sus respectivas casas. Una vez que Logan termino el recorrido, se dispuso a volver con Peter, aún era de madrugada y podía dormir otro rato con su "novio".

No obstante, la ronda de trabajo se alargó y tuvo que ir a recoger a otra persona a un hotel de paso, pudo haber ignorado el llamado pero en cuestiones económicas, necesitaba el dinero.

El hotel no quedaba muy lejos, era un lugar donde lo contrataban usualmente, por lo que sabía perfectamente cómo llegar. Cuando llegó, se encontró con la perfecta escena de una película de horror, un hotel vacío y silencioso con una niña siniestra jugando con una pelota en el estacionamiento. Logan se estacionó enfrente de la habitación donde se hospedaba su cliente, de ahí salió la mujer loca del cementerio.

— Yo me largo— Logan ni siquiera espero a escucharla. Tenía otras cosas por las que preocuparse, además no quería involucrarse con gente peligrosa, tenía muchas cosas que perder o mejor dicho personas.

— Señor Logan, esperé— Gabriela de veía aún más alterada que cuando estuvo en el cementerio y al parecer tenía una herida en el brazo, pues no lo movía muy bien— necesito que nos lleves al norte, a Canadá.

— Pide un taxi— respondió Logan, estaba apunto de subir a su auto cuando la mujer volvió a hablar.

— Te daré 50,000 dólares.

Ella había logrado alcanzar a Logan, pues él había dejado de moverse cuando escuchó la cantidad de dinero.

— Tienes que ayudarnos— la mujer rogaba al mismo tiempo que evitaba que Logan pudiera irse.

— Busca a alguien más, porque las personas que las buscan ahora también me buscan a mi— replicó Logan, ya no sabía que hacer, quería negarse a hacer ese trabajo, pero sabía que con esa cantidad de dinero podría comprar su barco y largarse de una vez por todas, era una oferta muy tentadora.

— Además, ¿cómo me encontraste?— él realmente tenía curiosidad, durante todos estos años había sido muy discreto para evitar llamar la atención.

No obtuvo respuesta ya que todo se vió interrumpido por los gritos de la encargada del lugar, la niña que había visto antes en el auto, había roto una ventana y la mujer gorda que se encontraba en la recepción estaba muy molesta.

— Te dije que no jugaras con eso— la encargada era una mujer gorda y bastante gritona, y se estaba acercando peligrosamente a la niña— tu madre pagará por eso.

— ¡Laura!, lo lamento— Gabriela se había interpuesto entre la mujer y la niña, aunque no parecía que estuviera protegiendo a la pequeña— se lo pagaremos.

Mientras hablaba, la gorda la tomo por el brazo y comenzó a jalarla de forma agresiva. Sin embargo, Gabriela se desvaneció y quedó semi consiente, decía muchas cosas extrañas, como que si las encontraban las iban a matar y que no dejará que llamará a alguien, Logan pudo notar que un poco de sangre brotaba por su brazo, así que decidió ayudarla a llegar a su cuarto. La niña los siguió de cerca.

Una vez dentro de la habitación, Gabriela se quitó la chaqueta que llevaba, dejando ver una herida en su brazo. Ella notó que que Logan la veía fijamente.

LOGANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora