2. El chico del tren - Willgan

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Lunes

Siempre pasaba por esa estación para coger el tren que lo llevaría a la universidad. David siempre tomaba la misma ruta, la misma cantidad de pasos para llegar a ella, la misma distancia. La misma vida.

En los últimos 2 años todo había sido lo mismo. Todo seguía igual. Él se levantaba a las 6 de la mañana de lunes a viernes para alistarse a la universidad. Siempre llegaba a las 8:11 a la estación para esperar el tren de las 8:15. Era todo igual, y eso le aburría, pero se había acostumbrado. Ya era una rutina para él.

Aunque está mañana sería distinta.

Las personas del tren eran iguales a él. Era gente ocupada y muy distraída de la realidad. Hombres y mujeres corriendo entre los vagones para llenarlos y volar hacia sus trabajos, o estudiantes que mantenían una mirada monótona, y hasta agotada, yendo a sus clases.

David era alguien serio, que te daba la primera impresión de ser alguien enfocado y rígido. Era como ver un robot.

Esa mañana, él estaba ahí. A las 8:11 como siempre esperando el tren de las 8:15. Todo sería igual como estos 2 años si no hubiera escuchado esa melodiosa voz.

When she was just a girl she expected the world
But it flew away from her reach. So she ran away in her sleep and dreamed of

Volteó a ver de dónde provenía esa voz grave, y a la vez tan melodiosa. Era un chico que tenía una guitarra y cantaba para ganar un poco de dinero que se evidenciaba en su estuche. El chico estaba sentado en una banca, con su guitarra algo vieja, pero provocaba una sensación agradable.

Cantaba a la par de que sus dedos pasaban por las cuerdas y creaban bellos acordes que acompañaban la canción. Su pelo negro algo desaliñado iba bien con su look: chaqueta negra con una camiseta de color verde olivo, jeans oscuros algo rasgados y tennis blancos bastantes viejos.

David se quedó un buen rato analizando a este músico. Era la primera vez que lo veía, y de cierta forma le alegraba verlo. Tan libre y felíz.

No le pudo ver bien la cara porque justamente llegó el tren. David lo tomó y solo rezó para poderlo ver otra vez mañana.

Martes

Lo mismo. 6 de la mañana. Desayuno, baño, ropa y salida; pero David ahora iba con prisa. No se le hizo tarde ni tenía que ir más temprano a la universidad. Solo quería saber si lograba volverlo a ver.

Llegó a las 8:05 a la estación y grata fue su sorpresa al encontrarlo nuevamente. En la misma banca con su misma guitarra. Solo que con ropa distinta pero seguía ahí. No dudo en acercarse.

Para-para-paradise, para-para-paradise, para-para-paradise
Every time she closed her eyes

Cantaba la misma canción de ayer, pero poco le importaba. Solo quería conocerlo antes de que llegara el tren de las 8:15.

— H-hola. — Saludó David al pelinegro. Este dejó de cantar y posó su vista a quién le dirigía el saludo. Sonrió.

— Hola ¿Qué tal?

Su voz esa preciosa. Aún mantenía ese tono grave que le gustaba a David. Estuvieron intercambiando palabras hasta que llegó el tren y David tuvo que despedirse.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2020 ⏰

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