Final

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4 años después.

Las calles de Madrid eran un poco más frías de lo que recordaba tal vez por la época del año en la que decidí venir, si fuera por mi hubiera rechazado la oferta pero lo necesitaba, es que Valentina había pasado un par de meses insistiendo en necesitar un cambio en el departamento y fue exactamente en el día que me ofrecieron este proyecto que decidí que era hora de un cambio real deje nuestra casa en sus manos.

Tenía un nudo en la garganta, habían pasado varios años desde la última vez que vine, tal vez por miedo a encontrarla aún que fuera casi imposible.

Me distraje un momento, la dirección que me habían dado no era la correcta y me venía a dar cuenta ahora mismo, una gran avenida estaba frente a mi, ningún estudio de fotografía, solté un suspiro pero al intentar cruzar la calle, ella.

Para el amor de mi vida está por lo menos:

Y volví a encontrarte, cruzando la calle, tú cabello ya no era extravagante ahora solo tenía una pequeña línea blanca en un costado de tu cabeza el azul brillante había desaparecido pero estaba segura de que eras tú.

Por mucho tiempo pensé que gracias al amor llegaba el éxito y tal vez muchas veces lo comprobé sin embargo ahora me doy cuenta de que te ayuda cuando te quieres rendir pero no es lo que puede calificar como sumamente necesario.

Te ví, está vez no sentí mariposas en el estómago o necesidad de ir hacia ti, tal vez si lo hice, tal vez lo sentí pero me resistí al ver que al otro lado de la gran avenida te esperaba ella con una sonrisa, sus ojos brillaban al verte caminar hasta donde se encontraba sin ninguna distracción más que el pequeño cachorro que llevabas contigo a pesar de la última vez asegurarme que después del nuestro nunca tendrías otro, el sigue esperando que vuelvas o tal vez soy solo yo sin aceptar que fue lo único que quedó de nosotras.

Al llegar al otro lado te tiraste a sus brazos con una necesidad enorme como si no hubieras estado a su lado por mucho tiempo, seguramente era la misma necesidad que tenía yo de tirarme a los tuyos.

Entonces por una fracción de segundo volviste la vista a la otra calle pude admirar tu sonrisa, ahí en medio de las frías calles de Madrid me di cuenta de que alguna vez te tuve pero ahora ella te tenía, tú la tenías a ella y eras feliz así.

Ahora te estoy dejando ir amor de mi vida, se que hace tanto lo habías hecho pero nunca pude aceptarlo por completo, me decía a mi misma que era más una pausa en nuestra historia, ibas a volver.

Valentina me había pedido una oportunidad tantas veces y no fue hasta que la invitación formal a tú boda llegó que se la dí pero creo que eso ya lo sabes, no tuve el valor necesario para acompañarla pero dime, amor de mi vida, ¿Tú lo hubieras hecho?.

Puedo jurar que me imaginé en la ceremonia, llegando en el momento de “si alguien se opone a esta unión hablé ahora o callé para siempre”, no lo hice, no tuve el valor para subir al avión ni para impedir que Valentina lo hiciera.

Nuestros amigos hablaron de lo feliz que estabas, como tú sonrisa sobresalía de las demás ese día y como llevaste a tu esposa de la mano toda la fiesta, fue cuando me dije que también merecía ser feliz y ahora con esta carta te aseguro que lo soy.

Tal vez nos veamos algún día, nos crucemos por la calle como está vez pero ahora nuestras miradas choquen y me sea inevitable sonreír te o en una cena de navidad, tal vez en cualquier tipo de situación que no esperaría por qué creo en las vueltas de la vida y los reencuentros.

Me contarás los feliz que te hace ella y yo te contaré cómo está nuestro hijo pero eso será todo nos despediremos y por mi parte un pensamiento tal vez rogando no volverte a ver nunca más por qué por unos segundos tu mirada me volvería a hipnotizar o tal vez hablaríamos un poco más y nuestra conversación terminaría con un simple adiós disfrazando un  “que nunca nos volvamos a encontrar” separandonos con ese pensamiento.

Que seas muy feliz, te aseguro que yo lo soy.

-DC.

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