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El frio hacía que Alicia fuera más lento de lo que ella habría querido, pero entre entumecerse y casi ser atacada por un extraño, la muchacha se encontraba demasiado cansada (por lo menos mentalmente) para correr

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El frio hacía que Alicia fuera más lento de lo que ella habría querido, pero entre entumecerse y casi ser atacada por un extraño, la muchacha se encontraba demasiado cansada (por lo menos mentalmente) para correr. Por fin volteando la esquina, vio la imponente iglesia, que estaba diseñada casi exactamente como La Cúpula de La Roca de Jerusalén, igual tamaño y arquitectura, todo, excepto el color de la cúpula, a diferencia de la catedra de Jerusalén, esta no era dorada, sino roja. Alicia bajó lentamente la mirada, pasando por la puerta, para al final encontrarse con una figura familiar, una mujer alta, de cabello negro y lacio hasta la cadera.

—¿tía Ludmila? — dijo Alicia dudosa mientras daba pasos rápidos.

— ¡Luci! — la mujer morena vestida con una blusa beige, pantalón negro árabe y botas cafés saludó efusiva a su sobrina — tu madre me dijo que estarían aquí, pero no entiendo por qué estás afuera.

—Es un lugar horrible tía, unas jóvenes tienen vendas en la cara, están llenas de sangre, deben estar aquí secuestradas o torturadas — Ludmila no podía creerlo.

—¿Y tu madre entró ahí? ¿por qué? —Alicia pensó que por fin alguien pensaba racionalmente.

—Curiosidad, además mi padre dice que es una tradición, pero, me parece algo muy oscuro — Ludmila hizo un gesto de aprobación angustiosa, Alicia organizó mentalmente sus palabras para decir a su tía lo que había sucedido, no podía ser tan fría al decirlo, pues Ludmila era muy nerviosa, con todo — tía, un hombre...trato de hacerme daño — antes de que Ludmila entrara en pánico, Alicia continuo — estoy bien, antes de que me hiciera algo, él se fue, por alguna razón... no, no sé que le pasaba tía se acercó a mí, me acorraló, acaricio mi rostro sin preguntar, y pensé en golpearlo, sin embargo se retiro antes de que yo tuviera el valor de hacerlo — Alicia miraba el suelo enojada con sí misma por no haber golpeado a Gabriel, pero un suspiro de alivio por parte de Ludmila la saco de su laguna mental.

—Ah, pero estaba coqueteando contigo pequeña — Alicia pensó en Google, cuando acaba de iniciar el computador y presionaba 10 veces seguidas para abrirlo, causando que el ordenador no reaccionara, así se sentía, sin poder procesar lo que su tía acababa de decir — dime, ¿era guapo?, ¿tiene tu edad? — Alicia balbuceo un poco y recupero la compostura.

—Eso no importa, tía, me iba a golpear o por lo menos eso me dio a entender, ¿Qué importa si es guapo o feo? Y en cuanto a la edad, no tuve tiempo de preguntar, estaba muy ocupada pensando cómo podría defenderme — Ludmila no captó el tono ofendido de Alicia.

—Si importa, amor, así conquistan los hombres, acorralándote, intimidando, marcando territorio —Alicia se arrepintió de haber comentado lo que pasó con Ludmila, había olvidado que ella tenía justo ese pensamiento retrograda, de hablar y clasificar a los hombres cómo sensuales bestias sin cerebro y que no valía la pena intentar reprocharla.

—Si tía, tienes toda la razón...

Unos minutos después las puertas se abrieron y entre el opaco ropaje y zapatos gastados, unos brillantes tacones lila relucieron, tanto Ludmila como Alicia suspiraron aliviadas, pero esto no hizo que Alicia estuviera menos preocupada, las frías miradas de las personas aun la perseguían, aunque, esta vez no eran tantas, ya que las personas debían distribuir el mal de ojo a 3 forasteras.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2021 ⏰

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