𝙃𝙪𝙢𝙖𝙣

10🌻

—¿A donde vamos, papá?. -pregunto la pequeña niña mientras tomaba la mano de su mayor y con la otra sostenía dos peluches de gatos-

El señor Lee no alcanzó a escuchar la pequeña voz de su hija al estar centrado en una llamada "de suma importancia", la menor hizo un exagerado puchero y volteó su mirada hacia su hermana mayor, buscando una respuesta. Al parecer la chica tampoco la escucho, estaba muy concentrada en su teléfono y en la música que éste reproducía en los audífonos, la menor podía oír con claridad la letra de la canción. Tiro del bolso que colgaba en la espalda de la mayor para llamar su atención, al lograr su objetivo sonrió feliz.

—Rachel, ¿a dónde vamos? Papá nunca me contó. -pregunto de vuelta mientras la contraria quitaba sus audífonos y los dejaba colgando en su cuello-

—Tienes que adivinar, Oli. -su sonrisa contagió a la infante quien soltó un pequeño chillido de emoción-

—Soy mala con las adivinanzas, ¿tengo un solo intento?.

—Tienes todos los intentos que quieras.

—¡Genial! Entonces, ¿a dónde vamos? ¿Iremos de viaje a París? ¿O que tal si vamos a Rusia? ¡Oh! ¿Puede ser África? Sería divertido, ¿también podemos ir a Corea para visitar a Lix y a mamá? ¡Esa idea es mejor! -la mayor forzó una sonrisa mientras la otra sonreía en grande por sus ocurrencias- ¿Quizá podríamos ir a Europa? ¿Que tal si vamos a Latinoamérica? Sería increíble, ¿no crees? Aunque me gustaría más ir a Corea, quiero conocer a Minho y a los amigos de Felix.

—¿Sabes que? Dijiste muchos lugares a los que podemos ir pero solo uno es verdad, ¿me dices cuál es?.

—¡Corea!.

Rachel tenía cara de 😀🔫.

—Que inteligente eres. -hizo su mayor esfuerzo por sonreír, pero terminó dando una mueca que la menor no logró descifrar-

—¿Entonces podremos ver a mamá?. -soltó la mano de su padre y se quedó parada en medio del enorme pasillo que tenía el aeropuerto, el señor Lee había terminado la llamada un rato antes, se dedicó a escuchar la conversación de sus princesas, como él las llamaba, y al ver a la infante frenar el paso acelerado que tenía volteó lo más rápido que pudo para encontrarse con una imagen de su hija menor a punto de llorar mientras se aferraba a sus peluches-

—Claro que iremos a verla, cariño, ¿no te hace feliz ver a mamá?. -el hombre se acercó y se arrodilló quedando a la altura de la menor que no pudo contenerse más y comenzó a llorar muy fuerte, creando un gran escándalo en todo el pasillo, todo el que pasaba por su lado la miraba con algo de pena, mientras que sus parientes la miraban sorprendidos, casi nunca veían a la niña llorar, las pocas veces que la vieron en ese estado eran porque algo le salía mal, o se caía mientras jugaba en el gran patio de su casa, la reacción de ambos fue acercarse a ella y abrazarla con cuidado de no incomodarla, al sentir los brazos de los mayores, Olivia lloró más fuerte y dejó que sus preciados peluches cayeran al suelo para poder aferrarse a la camisa que traía su padre- no llores, amor, verás que cuando lleguemos tu mamá te va a abrazar, te dará muchos besitos y dulces, y no querrá que te vayas, porque eres su pequeño angelito. -dio pequeñas palmadas a la espalda de la castaña y depósito un beso en la coronilla de ésta-

—¿Esta seguro de que no me va a ignorar? Quiero que mamá pueda jugar conmigo y las muñecas. -su voz sonó más chillona de lo normal y algo entrecortada por el llanto, por suerte los otros dos lograron escuchar sus palabras-

—Claro que va a jugar contigo, y también te enseñará a hacer galletas, ¿no te gustaría aprender con mamá?. -pregunto la pelirosa mientras se levantaba-