Capitulo 2

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— Pensé que nunca llegarías— me dijo Daven recargado en mi camioneta.

—Perdón enano, es que la práctica se alargó un poco más y por eso tarde.

Después de que estuve en el salón de música, tome las siguientes clases y finalmente tenía la práctica con las porristas.
Y se había alargado un poco por qué una compañera se había lastimado el tobillo y la tuve que llevar con la enfermera.

—Bueno, ya súbete enano.— le indiqué dándole unos golpes con mi mano a la camioneta.

En el camino prendí la radio y también vi que ya empezaba a llover.

Agh.... hoy quería salir a correr un rato, creo que se cancelan los planes de iniciar una vida fitness....

Llegamos y vi un coche afuera de la casa. No le tome importancia solo me dirigí a la puerta seguida por mi hermano.

—¡Ya llegamos!— grite cuando entraba y dejaba las llaves colgadas.

No escuche a nadie en la planta de abajo, supongo que mis papás todavía no han llegado.

Me fui directo a la cocina y me preparé un sándwich, también tome un jugo de naranja y fui a la sala para ver alguna película mientras comía.

—¡Hey, Sel! Veo que ya llegaste. ¡Wow! Que bien te queda esa sudadera, ¿te hiciste algo en el cabello!— me dijo Aren con su amigo Chase atrás de él.

Conocíamos a Chase desde hace años, cuando el se mudó a la casa de enfrente. Mis hermanos y el se volvieron mejores amigos desde ahí, yo nunca conviví mucho con el, solo de vez en cuando jugaba algún video juego con ellos, pero ahora que ya éramos un poco más grandes no lo hacía tan seguido.

—¿Que quieres renacuajo? —dije volteándole los ojos.

—¿! Queeee?! Yo no quiero nada, pfff. Amenos que me quieras hacer un favor. —dijo moviendo las cejas.

—Primero, ya te he dicho que no te sale eso de mover la cejas y segundo, depende del favor y si gano algo.

—Agh, está bien. Hago todas tus tareas de historia por una semana si me prestas 10 dólares. — me dijo acercándose poniendo cara de perrito.

—Y la de sociales y me regresas 15 dólares.

—¡No! Eso no es justo.

—Tómalo o déjalo, tu decides— le dije mientras seguía disfrutando de mi sándwich.

—Agh, está bien. Bueno nos puedes llevar a la plaza que está cerca del centro.

—Oye, ¿ y qué Chase no los puede llevar? digo, el ya maneja.

— Si, pero su hermano va a utilizar el auto, dijo que venía a recoger las llaves en un rato.

—Ok, entonces nos vamos en 30, déjenme disfrutar de mi sándwich. — y así subieron las escaleras corriendo de regreso a la sala de juegos.

Seguí comiendo hasta que escuche que tocaban la puerta, supongo que sería el hermano de Chase.

—¡Chase! Ya está aquí tu hermano.

De mientras camine hacia la puerta para abrirle.

—Ehm... ¿Hola?... — le dije un poco dudosa al chico que tenía enfrente por qué no reconocía muy bien quien era.

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