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"me mata lentamente, por la ventana

siempre estoy esperando que a que estés esperando abajo

los demonios tiran los dados, los ángeles ponen los ojos en blanco

lo que no me mata me hace quererte más"

-Cruel Summer, Taylor Swift


Jihoon juraba que no soportaría un día más con una tesis incompleta, así que después de publicar una historia amenazando con patear a todo aquél que se atreviera a interrumpirlo, y comprar varios litros de bebida energetizante, se dispuso a trabajar.

46 horas y 15 minutos después, y algunas siestas de por medio, había terminado.

Agotado, le avisó a Seungcheol, y se dispuso a dormir por el resto del año. Antes de que pudiera apagar la luz, el mayor ya le había respondido.

Tenemos que celebrarlo, ¿paso por ti?

Y si fuera cualquier otro, Jihoon lo hubiera ignorado por completo. Pero era Seungcheol. Suspiró y bajó a encender la cafetera.

Dame veinte minutos

Se humedeció el cabello para que pareciera que acababa de bañarse, se puso algo de base y loción para no oler a estudiante-estresado-al-borde-del-colapso. De cualquier manera, era Seungcheol, el que lo había visto enfermo, con resaca, y una larga lista de situaciones que quedaban entre ellos, así que no se esforzó mucho en verse presentable.

Le envió otro mensaje mientras sorbía su taza de café, y rápidamente leyó los mensajes que tenía en el grupo (silenciado) de la carrera. Todos había entrado en pánico colectivamente; al parecer Jihoon había sido el primero en terminar. Sonrío y se apresuró a la entrada en cuanto escuchó una motocicleta fuera.  

-Felicidades- Seungcheol lo envolvió en un abrazo de los que sólo él sabía dar.

-Vas a aplastarme- protestó el más bajo, pero sin verdadera intención de quitarse.

-Lo siento- finalmente, el mayor se aparta, y Jihoon puede ver que ha ganado algo de peso, hecho que lo hace sonreír -¿Vamos?-

-Si nos matamos ahora que al fin me gradúe, no te perdono- el menor lo amenaza al tiempo que se coloca el casco extra que Seungcheol siempre lleva con él. 

-Siempre dices eso- responde con una carcajada. Jihoon sabe que el mayor conduce como anciana, pero aún así se aferra a él como si su vida dependiera de ello.

-Entonces, ¿cuándo podré leerla?- le preguntó finalmente Seungcheol, una vez que ocuparon la mesa de siempre en el bar de siempre, y ordenado un par de cervezas. 

-Escucharla. Trece canciones, completas- Jihoon sonrió con orgullo; llevaba trabajando en su tesis casi un año. Era como su hija recién nacida.

-Eres un genio-

-No tanto, pero gracias- Jihoon agradece el trago de cerveza recién llegada; sentía los párpados pesados.

-¿Lo vas a enviar a alguna discográfica?-

-¿Bromeas? Es una tesis, no un trabajo, ya sabes, serio- el menor soltó una risa nerviosa.

-Debe ser increíble, no pierdes nada con enviarlo- Seungcheol siempre parecía creer más en él que el mismo Jihoon.

-Tal vez- murmuró por lo bajo. -¿Cómo has estado tú?-

Habían pasado cerca de un mes sin verse, ocupados entre el trabajo y la universidad. La última vez que salieron había sido en ese mismo bar, y el mayor se veía considerablemente más pálido y decaído. Jihoon sabía que le mentía cuando afirmaba que comía bien, pero sabía que si insistía sólo terminarían discutiendo. Únicamente le enviaba una nueva amenaza a Joshua, su compañero de departamento, sugiriendo que se asegurara de que Seungcheol cumpliera con sus comidas.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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