La vida después de estas pérdidas no fueron fáciles, pues el amor de mi vida ya no estaba conmigo y habíamos dicho que esto iba a ser para siempre, yo trataba de seguir pero el peso de las pérdidas no me dejaban continuar, llegué a ser feliz con la gente que me rodeaba pero aún el vacío continuaba y decidí alejarme de todos encerrarme en mi mundo ese mundo en el que ellos estaban, en donde podía seguir soñando. Así eran mis días y mis noches soñando con una familia perfecta que no existía mis padres ya no sabían que hacer conmigo pues era un caso pérdido, vinieron los mejores médicos y solo decían es una depresión crónica tenemos que medicarla para que salga de esa depresión. Pero yo me negaba pues yo era feliz porque tenía a mis amores conmigo en mi mundo yo era una feliz esposa y una gran madre y no la quería perder de nuevo.
