- Espiar no es correcto- dijo Adán.
Una mujer salió de la penumbra y se cruzó de brazos junto a él.- Solo quería saber qué hablarías con ella. - dijo mordiéndose el labio. Comenzó a jugar con su cabello en señal de nerviosismo.
- Sabes que esas cosas no son para mujeres como tu, querida Eva.
- ¿Lo eran para Lilith?- dijo y comenzó un pequeño silencio que era interrumpido por los ruidos de la noche.
Lilith acompañó a Adán en épocas catastróficas, ella era una mujer que hacía cosas de hombre sin perder la delicadeza. Por eso mismo era el amor más profundo de Adán, y Eva había vivido celosa de ella.
Además de ser la mujer de Adán, había sido la creación más fina de Padre, la había creado de una forma tan artística que parecía una escultura andante.
- Tu eres mi mujer y no deberías hacer cosas sin que yo sepa. - dijo al fin. Lanzó el cigarro al suelo y metió las manos en los bolsillo del pantalón.
- Como digas. - se limitó a decir. No tenía permitido decir muchas cosas, no como Lilith acostumbraba.
Recordaba una noche en que todos sus hermanos discutían sobre los mortales y su destino, Eva estaba al fondo del salón sin decir palabra alguna, solo esperando a que Adán terminara de debatir.
Cuando todo se tornaba confuso, Lilith entró por aquella enorme puerta de madera, sin acompañante ni orden ni invitación.- Debería reírme, parece broma que el destino de miles de mortales esté en manos de un puñado de mediocres.
- Es costumbre que llegues sin invitación, pero no deberías merodear por aquí, Padre podría enfadarse.
- Padre no está aquí, no dejaré que decidan por miles de almas.
Tomó su lugar y comenzó a dar órdenes.
Eva sólo observó.Días después de la muerte de Lilith, la noticia se propagó por entre los demonios y angeles que rodeaban al mundo y a otros mundos.
Adán había sido citado urgentemente. El sabía que se trataba de lo ocurrido.- Padre, ¿qué deseas de mi?. - dijo al llegar. El eco de su voz era la única compañía en esa habitación de mármol. Tenía años de antigüedad y las grietas eran testigos claros de esto.
- Por entre los cielos y lo más recóndito del universo se habla de la muerte de una de mis hijas, se dice también que fuiste autor intelectual.-sonó la voz de Padre en la cabeza de Adán.
Nunca se presentaba ante nadie que no fueran los demás dioses. Adán no era digno de verle. Aún siendo su padre, nunca había visto su rostro.
Apretó los labios antes de contestar.- Lo que has escuchado es verdad, yo asesine a Lilith de una buena vez. Estaba en contra del juicio mortal y habría hecho por detenernos.- explicó.
No había obrado mal. Se sentía seguro.
- Has actuado a mis espaldas, creo que sabes que tu juicio no es el correcto, ya has hecho estupideces creyendo que obrabas bien.- dijo firmemente, como si un padre reprimiera a su hijo por haber roto el florero más de una vez.
Adán, al igual que un niño regañado, bajó la cabeza y apretó los dientes. Odiaba sentirse impotente ante Padre y odiaba sentirse como lo que parecia; un niño pequeño que había roto un florero.
- Padre, no eh pecado ni actuado en tu contra. - objetó ante la rabia que sentía.
- No has aprendido a callar, ni a pensar, pues no pensaste lo que desencadenara su muerte.- elevó la voz.
Hubo un silencio entre ambos. Era evidente el enojo de Padre ante las acciones de su primer hijo, al igual que era evidente que lo pagaría caro, así como seguía pagando su primer error por culpa de su amada Lilith.
- Has de pagar tu error, cuando el juicio final empiece y cuando las fuerzas que la muerte de Lilith causarán se desencadenen, serás el primero en responder y ninguno de tus hermanos te respaldará.- decretó.
Adán gritó de ira apretando los puños pero Padre ya no se encontraba en esa habitación.
Cayó de rodillas, el sudor escurria por su nariz y se mezclaba con las lágrimas.
Todo intento de hacer feliz a Padre parecía perjuridarle, todo intento de ser un ser en paz, lo ahogaba más en los océanos de la culpa.
Eva observaba desde la penumbra pues Padre no le dirigía la palabra desde el error que arrastró a Adán al castigo que hasta hoy pagaba.
Se mordió el labio, sentía culpa y sus manos sudaban, pero no había nada que pudiera hacer más que ser de Adán. Se acercó a él y frotó de forma maternal su espalda.
Adán tenía la cara hundida entre sus manos, cuando sintió a Eva se giró y la vio a los ojos que le miraban ya amorosos.
Eva lo amaba desde el momento de su creación, así ella supiera que el nunca le amaría como amó alguna vez a Lilith.
Adán tomó su rostro y la besó lentamente en la oscuridad de esa habitación antigua.
A mitad de la noche, Adán observaba las estrellas por la ventana. Las cortinas de tela fina se movían con el fresco viento que entraba y erizaba sus vellos.
Eva yacía desnuda a su lado cubierta con las mantas y sumergida en el profundo sueño.
No pudo evitar recordar la noche que pasó con Lilith, aquella noche en que llovía y el observaba la lluvia que corría por la ventana.
En un momento se encontraba en ese recuerdo, junto a ella.- Sigues despierto- dijo Lilith cubriendo su desnudez con las mantas y sentándose a su lado. Acomodó sus rizos tras su oreja y buscó su mirada.
- Trato de entender el castigo de Padre.
- La vida eterna que se te impuso, no es un castigo.
- Lo es, nunca encuentras la paz eterna.
- La paz no es eterna, es lo que la vuelve placentera, lo eh visto en los mortales - dijo ella que había observado de cerca a miles de mortales, solo por la curiosidad de conocer sus pequeñas y miserables vidas.
- No entiendo.
- Cuando lo hagas, habrás de entender que no hay castigo alguno.- dijo con mirada perdida en la ventana. Sus enormes ojos rojizos se perdían asombrados por un acto común en la tierra, por agua cayendo del cielo, como si vieran una belleza enorme y única.
Adán no entendía lo que pasaba por su cabeza, la mayoría del tiempo no entendía cómo pensaba ella, eso la hacía atractiva para sí.
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Green Apple
Teen FictionSus largos rizos cobrizos bailaban con cada paso que daba, su piel reflejaba el sol de lo blanca que era y sus labios rojos esbozaban una pequeña sonrisa. Era una mujer peligrosa de pensamiento liberal. Esto no se trata de su historia, esto trata de...