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Aún sin poder asimilar la situación, Taehyung fue obligado a caminar por el inmenso lugar que destacaba por sus luces de colores parpadeantes  donde las personas que llenaban en lugar, eran en su mayoría hombres, millonarios, mujeres divorciadas con una inmensa fortuna de su difunta pareja o gente de la mafia, de malos tratos, que escapaba de la policía o que buscaba otra identidad

El omega sentía que iba a desfallecer, mil olores de todas partes peleaban por entrar en el olfato del joven, unos dulces, otros amargos, putrefactos y hasta extraños. No era algo a lo que el menor estuviese acostumbrado, sus piernas temblaban pero por más que quería parar, dos enormes manos en sus hombros lo obligaban continuar

-Llegamos, niño.- habló unos de los hombres que lo escoltaba

-¿A-a dónde...?- Taehyung divisó frente a el una puerta oscura, manchada por la humedad y desgastada en los orillos de esta como si rodara contra el Marco

-Aquí es donde dormirás- el hombre que sostenía los hombros del menor se alejó abriendo la puerta, dejando ver un pequeño espacio, sin muchas cosas. Dos camas, una pequeña mesa de noche, un espejo y un tocador

-¿D-dormir...?- antes de poder procesar correctamente lo que veía a su alrededor, sintió un fuerte jalón de su espalda quitándole la maleta- no! Devuélvala, es todo lo que tengo-

El hombre frente al menor lo miró un segundo para luego abrir la mochila, desordenar su contenido y sacar solo el abrigo que Taehyung había traído y un pequeño paquete que tenía una barra de proteína por dentro

-El resto, me lo llevaré- el guardaespaldas caminó hasta una de las camas dejando sobre esta las dos únicas cosas que había sacado y sin decir más, cerró la puerta dejando al menor a dentro desorientado

¿Y mi celular?
¿Mis papeles?
Mis..mis llaves?

Nada de eso estaba sobre su cama, no podía llamar y pedirle a Jimin que lo rescatara o al menos escucharlo por unos segundos, no tenía nada aparte de lo que traía, ni tampoco tenía dinero, comida, agua, nada

El menor miró la puerta de la habitación, había escuchado que cerraban con seguro, no podría huir, tampoco pudo correr a la puerta a pedir ayuda, nadie lo conocía, nadie sabía quién era él

-Hyung...- murmuró el tembloroso cuerpo de Taehyung que dando unos pasos hacia atrás cayó sentado sobre el colchón- Hy-hyung.. lo siento, debí escucharlo..-

Las lágrimas salían sin control rodando por las mejillas del menor, una punzada en el pecho hizo que se recostara sobre el frío colchón por completo, le dolía, no solo el cuerpo o las heridas que aún no sanaban, le dolía que lo habían abandonado para venderlo, para usarlo como mercancía, como objeto de dinero haciéndole recordar que una vez más, era huérfano

-¡Yah! Jungkook, ¿Quién carajos es este hombre? ¿Tu padre estaba perdiendo todo con este sujeto!- mirando una vez más los papeles que leía por quinta vez le dio un vistazo al menor quien miraba con el ceño fruncido el ordenador- ¿Me estás escuchando al menos?-

-¿Mm?

-Lo supuse..- dando un suspiro el mayor se levantó y se sentó frente a las sillas del gran escritorio de su jefe- estaba haciendo cuentas... y me di cuenta que eres un idiota, ¿Qué opinas de eso, Jungkook?-

-Sí hyung, lo que digas.. -la voz del menor era distante, era casi como un susurro al que Yoongi casi no puede oír

Una risa burlona salió del mayor y se levantó, tomó una de las grapadoras que estaban sobre la mesa y levantándola un poco, la golpeó con fuerza contra el escritorio haciendo que se escuchara un estruendoso sonido que hizo brincar en el haciendo a Jungkook

Destined 《KookV》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora