Deseos Oscuros (Yukio x Rin)

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Buenas! Hoy les traigo este fic de una de mis parejas favoritas de toda la vida 🔥
Espero que disfruten su lectura y perdonen mis faltas ortográficas.

Aclaraciones: los personajes no me pertenecen (qué aburrido leer eso en cada FanFic existente)
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El sol del atardecer penetraba suavemente por las persianas, haciendo resplandecer aquella aula de un cálido tono dorado. Y allí estaba Okumura Yukio, sumido entre pilas de libros atendiendo a sus responsabilidades como profesor y excorcista. Sin embargo su mente no estaba completamente allí. Se mantenía mirando en dirección al atardecer como si el sol fuese su único compañero, el único que lo podía entender hasta el fondo, el que seguía manteniendo sus secretos...sin juzgarlo...solo observando.

—Okumura sensei, podrías ir a revisar unos archivos que dejaron en el salón de profesores?— una voz masculina rompió el silencio, se trataba de otro profesor que se asomó por la puerta con una expresión aburrida.
—...claro, después de que hayas terminado con todo eso— dijo observando la cantidad de cuadernos que tenía en mano.

Yukio, que debía corregir más de 30 exámenes, tiró un suspiro largo colmado de estrés y frustración y forzó una sonrisa.

—Claro, no hay problema —
Era increíblemente exhaustivo ser buena persona, y Yukio se esforzaba cada día para ser la mejor y dar un buen ejemplo. Pero él sabía...en el fondo, que no lo era. Que había algo increíblemente oscuro que brotaba dentro de él en todo momento, y que debía hacer un esfuerzo continuo para reprimirse y llevar una máscara cada día. Esa oscuridad adquiría fuerza especialmente cuando se encontraba en presencia de su hermano mayor...Rin.

—Yukio! Finalmente llegas!— la voz entusiasta de su hermano lo acoje apenas abre la puerta.
Rin se apresura a abrazarlo con una gran sonrisa, recargándose sobre el cuello de Yukio.
Ahh, el aroma de Rin apenas duchado era inigualable, su cabello aún humedecido y su piel fresca era tan reconfortante.—¿Por qué tardaste tanto? La cena casi se enfría — su mirada era la de un niño que finge enojo para llamar la atención.

Sus grandes ojos azules lo veían expectantes, eran los ojos de la sinceridad y la pureza.
Que suerte que no podían ver más allá de los de Yukio...él era demasiado bueno fingiendo.

—Lo siento, tenía mucho trabajo que hacer—  dijo desviando la vista mientras ajustaba sus lentes. Rin se le despegó, permitiéndole quitarse la chaqueta y colgarla en algún sitio.

— Bueno, todos los días es así — comentó el mayor, tomando asiento.
Yukio observó la mesa, su hermano le había preparado su comida favorita. Siempre se esmeraba en hacer cosas especiales para él, según Rin, la cocina era la única cosa en lo que era bueno, por eso se esforzaba particularmente para enseñarle a Yukio su talento. Lo hacía realmente para compensar sus malas calificaciones y todos los errores de los cuales se sentía culpable.
Ahora Yukio observó a Rin, su pelo húmedo hacía caer gotas que lentamente se deslizaban por su rostro, una en particular recorrió su mejilla acercándose suavemente hacia sus labios y cambió de dirección escurriendo gradualmente hacia su cuello. Fue un paseo lento y delicioso hasta terminar desgraciadamente por debajo de la camiseta.

—¿Me oíste?— la voz del demonio le hizo eco. Este lo miraba con una ceja alzada, expectante.

—Ah, perdón...Que? — Rayos.
Rin era el que más hablaba de los dos, contaba casi todo de su día, en cambio Yukio solo se limitaba a asentir y decir "Ajá" y "oh, enserio?"

—¿Sabes que? Olvídalo—
Procedió a levantar las platos ya vacíos e ir hacia la cocina. Yukio rodó los ojos por la actitud infantil del otro.