1 "Era un lindo día."

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Por suerte era Sábado así que eso significaba que las chicas podrían levantarse un poco más tarde de lo usual. El sueño de Haseul se vio interrumpido por un peso que cayó encima de su abdomen, abrió los ojos con pesadez para así encontrarse con la sonriente cara de Yeojin.

—¿Qué hora es?— Preguntó a regañadientes la pelicorta, intentando volver a cerrar los ojos y bloquear la luz que entraba por la ventana.

—Las 10 de la mañana.— La voz animada de la casi rubia retumbó en los oídos de la contraria.— Vamos Haseul-Unnie, creo que ya durmió demasiado.— Lo único que se escuchó en ese cuarto fue la risa de la joven, Jo dedució que el resto ya había bajado.

—Está bien.— Terminó cediendo y la menor salió de encima suyo de un salto, se fue haciendo un pequeño baile de victoria y tarareando una canción alegre. Haseul se sentó en la cama y observó afuera de la ventana, por lo que veía hacía un día hermoso y eso significaba que sus otras amigas estarían afuera. Solo se levantaban así de temprano un Sábado si podían salir a tomar aire fresco.

Salió con cuidado de su cama, tomó un poco de la ropa que estaba guardada debajo de esta y fue directo al baño a tomar una ducha. Los días así en el orfanato eran los únicos que se podrían considerar buenos, todos los maltratos verbales y físicos desaparecían pues podían estar todo lo que quieran fuera del edificio, podía simplemente sentar a relajarse y ver a su 'familia' jugar. Cuando ya estaba vestida, no se molestó en secarse demasiado el cabello y solo se puso las zapatillas y partió, estaba emocionada de ir, a pesar de que también le hubiera gustado dormir un poco más.

Al atravesar la puerta trasera vio una imagen que quedaría plasmada en su memoria por siempre. No eran las únicas en el orfanato, pero si eran las únicas de esa sección, había diferentes pero ellas eran las más unidas, se cubrían la espalda no importa que pasara. Volviendo a la actualidad, Haseul giró su vista mirando el panorama completo;

Vivi estaba sentada en una banca, al parecer haciendo un dibujo del pequeño paisaje que tenía en frente.

Sooyoung estaba sentada a su lado, observando con un poco de tristeza al resto.

Heejin corría de una manera graciosa escapando de Jiwoo y Jungeun, quiénes la perseguían con ramitas de árbol.

Hyunjin y Jinsol parecían jugar piedra, papel y tijera, probablemente la pelirroja iría ganando.

Yerim y Yeojin miraban atentas como Hyejoo giraba a Chaewon en su espalda, sorprendidas por la fuerza de la pelinegra.

Haseul se acercó a la banquita en la que estaban la mayor y la otra pelicorta, Vivi solo le dio una sonrisa y siguió en lo que estaba, mientras que Sooyoung no la miró.

—De tanto ver Naruto, Heejin ya corre como él.— Jo comentó intentando hacer a su amiga reír pero esta no movió ningún músculo.

—Haseul.— Se cortó a si misma, parecía pensar cuidadosamente sus palabras.— ¿Enserio crees que saldremos de aquí?— Era una pregunta complicada, ni ella sabía la respuesta.

—Solo hay que tener esperanza en que así será.— Respondió, intentando que el tema no siguiera pues solo quería disfrutar el momento.

—Vivi-Unnie ya tiene 17, pronto 18. El siguiente año no estará.— La nombrada dejó de mirar al papel y quedó interesada en la conversación.— Yeojin cada vez crece más y no quiero que tenga que pasar su adolescencia acá. A Jinsol la atacan por nada, Hyejoo está empeorando en clases y no sé si Jiwoo-

—Sooyoung calma.— Haseul la interrumpió cuando vio que su amiga había comenzado a hablar de más, así como también empezó a sollozar. Vivi y ella la envolvieron en un cálido abrazo, intentando que su llanto cesara.

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