Mi reflejo en el espejo me dice que estoy lista, pero siento que me falta algo… doy una vuelta sobre mis pies mirando todo mi desordenado cuarto y ahí está, mi bufanda favorita, la pongo alrededor de mi cuello y al fin bajo a desayunar.
Creo que voy un poco desarreglada para ser el primer día en mi nueva escuela, pero por dios no es como que quisiera que toda la población masculina de la escuela se enamorara de mi, bueno al menos no en el primer día, sería demasiado cliché para mi gusto, aunque claro que no estaría nada mal si se aparecieran algunos chicos guapos en el camino para ayudar en mi primer día de clases… más estos americanos con su acento tan ahhh……… BASTA! Me regaño mentalmente. Demasiado temprano para pensar en chicos.
Tomo un desayuno rápido escuchando a mi madre recordándome que debo manejar despacio debido a la nieve ya que soy nueva por las calles de NY! Son principios de enero, solo a mi madre se le ocurre sacarnos de la comodidad de nuestra casa en Londres a mitad de ciclo escolar, y aunque mi hermano y yo hicimos de todo para convencerla de que nos dejará quedar en casa nos chantajeó con comprarnos nuevos carros y bueno…. Aquí estamos, mi hermano con un Lamborghini negro y yo con mi precioso Audi descapotable.
-Sandra, ya te he dicho más de las veces que puedo recordar que manejaré con cuidado- dije agarrando mi mochila- Ahora dime donde está el idiota de Dylan o llegare tarde por su culpa.- No sabía por qué pero a mi madre siempre le había gustado que la llamáramos por su nombre, tal vez se creía que con 35 años era demasiado joven para tener un hijo de 18 años y una hija de 17….
-Dyl hace más de 15 minutos que se fue cariño y ya te he dicho que no lo llames idiota- dijo frunciendo el ceño- solo yo puedo llamarlo así y ahora ven a darme un beso y saca tu culo de aquí o serás tú la que llegará tarde.
Así es, esta era mi madre y no la cambiaría por nada en el mundo. Me acerqué a darle un rápido beso en su mejilla y salí corriendo a mi auto prendiendo la calefacción y programando el GPS para poder llegar más rápido, pero me sorprendí al darme cuenta que la escuela quedaba a tan solo unos minutos y que había exagerado un poco con el tiempo. Al llegar al estacionamiento, como era de imaginarse, mi hermano estaba recargado en su flamante Lamborghini rodeado de chicas y chicos, a los que les prestaba menos atención que a un cacahuate. Al verme llegar quitó su cara de desinterés y se acercó a mi auto atrayendo varias miradas y abrió la puerta para que yo pudiera salir.
-Largo de aquí idiota- espeté dando un último vistazo a mi reflejo en el espejo antes de salir.
-Buenos días a ti también hermanita- dijo sonriendo como idiota- ¿te has despertado con el pie izquierdo hoy?
-No, solo con la noticia de que un idiota no ha sido lo suficientemente paciente a esperar para que unas cuantas mujeres lo admiraran.
-Vamos Dhalia, ¿te has molestado solo por eso?, prometo no volver a salir de casa sin ti- se colocó a mi lado pasando su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar- a demás, mira el efecto que tengo en ellas, no llevo ni dos horas y ya están alucinando conmigo.
-O con tu carro tal vez- ataqué para hacerlo enojar, pero una sonrisa se formó en sus labios.
-O conmigo teniendo sexo en mi carro.
-Idiota- dije riendo con fuerza.
Pero quien no querría tener sexo con él…. Esos ojos azules, esos músculos y esas buenas nalgas eran la combinación perfecta, lástima que era mi hermano....
-Ahora pequeña D vamos a enseñarles a estos americanos lo sensacionales que podemos llegar a ser los londinenses.
Y con esto atravesamos el estacionamiento teniendo la atención del resto de los estudiantes, mientras yo recibía algunas miradas de odio por parte de la chicas al verme con Dylan, -gatas- pensé, y miradas de hombres que me escaneaban de pies a cabeza… ¿había mencionado que el buen culo era por herencia familiar? Pues si, y era muy afortunada al tener uno bien grande igual que el idiota de mi hermano. Llegamos hasta la puerta del edificio principal y todos seguían mirándonos, todos menos un chico de cabello rizado y gafas de niño nerd, él parecía que estaba más interesado en otros asuntos, hasta que levanto la cabeza y vi esos hipnotizantes ojos color esmeralda, que solo me mantuvieron la mirada por unos instantes y volvieron a lo que estaban.
Y lo supe, desde ese momento supe que esos ojos serían mi perdición.
ESTÁS LEYENDO
NEVER MIND
FanfictionDhalia creía poder tener todo lo que quería... hasta que conoce a Harry...