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Capítulo 2: Buscando pistas

Al día siguiente, fueron a la sala de recreativas, eran las 10 y la sala abría a las 11 así que fueron al bar. Alberto llevava 2.000 pesetas y Miguel 1.000 así que se tomaron un refresco.

-Oye, Miguel, por qué crees que estaban esos cartuchos ahí?

-Ni idea, pero eso fue hace 1 año, deberíamos olvidarnos de ellos, deshacernos de ellos, que quede como una anécdota. ¿Has traído el tuyo?

-Si, pero no nos vamos a deshacer de ellos, vamos a llegar hasta el fondo de este asunto.

Anda mira, pero si ya son las 11 20! Vamos  a dentro.

Los chicos entraron a la sala recreativa, eran los mejores en casi todos los juegos, así que allí se les respetaba.

Miguel, yo busco por la derecha y tu por la izquierda.

Se pasaron 2 horas buscando por más pistas, y cuando se iban a dar por vencidos, encontraron un mapa del pueblo, estaba marcado un callejón misterioso que no sabían que había en el pueblo.

De camino a casa, hablaron sobre si deberían ir o no.

-Miguel, no te preocupes, iremos a mi casa, a estas horas mis padres están durmiendo, y mi hermano está por calle con sus amigos.

Llegaron a la gran casa de Alberto, se dirigieron a un cajón con un paquete de cigarrillos, cogieron 2, y un mechero. Al abrir el segundo cajón se desbloqueaba el primer cajón, en el que se encontraba la magnum 19 de su padre, cogieron algo de munición y se fueron a su "base".

Su base es una cabaña que construyeron hacía ya 2 años. La hicieron talando troncos con un hacha que se encontraron, y en los 4 años que llevan haciéndola ha mejorado bastante, ahora tiene una puerta de una vieja casa derribada y ventanas hechas con cristales que tiraron, pese a lo que pueda parecer, la casa olía bien, era muy cómoda y tenía vistas a un río, llegaron y guardaron el arma,  y encendieron los cigarrillos, pese a tener 15 años y saber que no podían lo hicieron, y segundos después se arrepintieron, sabían fatal, y se tragaron el humo, rápidamente los tiraron al río.

Traían munición de sobra, podían permitirse practicar un poco. Con un rotulador hicieron una marca en un árbol y se turnaron para disparar, 5 y 5 cada uno Alberto acertó en todas, de Miguel no podemos decir lo mismo, las falló casi todas, pero aún así, estaban listos, listos para lo que les pudiera pasar en aquel callejón.