Capitulo 6

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Era el momento esperado, me levanté de la cama con un fuerte dolor en el corazón, no físico, sino mental. Sentía como si hubiera apuñalado por la espalda, y fuera de eso, debía poner buena cara y hablar de forma amable la próxima vez que lo viera, fingir que todo estaba bien. Me senté en la cama mirando la pared mientras reflexionaba, Henry no estaba aquí hoy, probablemente no volvería, si todo salía bien yo simplemente me iría y olvidaría todo lo que pasó en ese lugar.

Escuché el ruido de la puerta e inmediatamente me levanté de la cama, no dije nada, esta vez simplemente estire mis brazos frente a mi y deje que me colocaran las esposas. Mientras caminábamos por esos mismos pasillos me puse a pensar ¿Estaba bien lo que estaba haciendo? En realidad, a pesar de sentirme mal y como objeto desechable, estaba salvando una vida, a pesar de que no debería.

Caminé en silencio y con una expresión monótona hasta que al fin llegamos a la puerta, como era costumbre, mis esposas fueron removidas y caminé tranquilamente dentro de la habitación.

Apenas entre, la oscuridad y el silencio llenaron mi mente, en ese momento simplemente me quedé de pie en la oscuridad, observando a la figura lejana que se encontraba esposada en el medio del lugar. Lo observé por un momento, él estaba viendo a los lados, probablemente sabía que era yo de nuevo y quería verme. Yo suspire y comencé a caminar lentamente hacia su dirección, intentando cambiar la expresión de mi rostro a una expresión feliz y amigable.

-¡Oh! Es una grata sorpresa verte- Dice con su voz calmada de siempre, viéndome acercarme desde la distancia hacia la luz.

-Digo lo mismo- Dije dando mis mejores esfuerzos para forzar una sonrisa.

El se mantuvo viéndome en silencio, sin decir una sola palabra sus ojos veían mi alma, sentí por un momento que sabía que estaba mintiendo, que sabía todo lo que había pasado, todo ese acuerdo...sentí incomodidad por primera vez desde que entré a ese lugar. Luego de un largo silencio volví a oír su voz.

-¿Ocurre algo hoy? No puedo evitar sentir tu desánimo- Su tono de voz tiene un ligero cambio del tono que tiene normalmente...¿Acaso estaba preocupado?

Yo me paré en seco frente a él, mi sonrisa falsa no pudo mantenerse, pero debía seguir intentando engañarlo, solo lo convencía y me largaba de allí...¿Por que se hacía tan difícil?¿Tal vez era por que seria la ultima vez que lo vería?

-Solo...- Las palabras no salieron de mi boca, por lo tanto, fui un paso más adelante esta vez...no solo toque su rostro, más bien, le di un gran abrazo, tal vez de despedida o por mi falta de consuelo todo este tiempo, pero necesitaba hacerlo, era la primera vez que abrazaba a alguien en años y creo que en su caso, era la primera en toda su vida.

-¿Esto es...un abrazo?- Él coloca una de sus manos con cuidado sobre mi espalda, su cuerpo es muy frío, congelado, pero aun así siento seguridad, paz.

-Tengo mucha preocupación...preocupación por ti- Cierro los ojos, dejando que las palabras salgan de mi boca por si solas -Un buen amigo...alguien confiable para mi...me dijo que estabas enfermo- Por alguna razón, esas últimas palabras parecían salir de forma dolorosa de mi garganta ¿acaso comenzaba a creer mi propia mentira? no lo sabía, pero el nudo en la garganta estaba presente.

-¿Enfermo?- Su voz suena llena de confusión, pero de alguna forma sentí como si sus palabras fueran más dulces, melodiosas y suaves de lo que ya eran normalmente.

-Por favor...- Trague saliva, cerré los ojos con más fuerza y me aferre más a su cuerpo -Necesitas ir a una revisión médica...solo una vez...por favor- Rompí el abrazo rápidamente mientras cubría mi rostro, sentía pena, no quería que me viera y solo quería esconderme, realmente me sentía mal por él, pero me sentía aún más culpable por seguir sintiendo todo esto por alguien que me había engañado y usado tanto.

-Yo...- Él quiso acercarse a mi, pero yo me aparté, aun cubriendo mi rostro.

-Promételo...promete que lo harás- Dije finalmente viendo su rostro, no tenía ninguna expresión pero sentía al ver sus ojos que de verdad estaba preocupado.

El mantuvo silencio por un momento, vio mi rostro, mi cuerpo y luego miro las cadenas que tenía en su cuerpo. El silencio siguió mientras yo solo podía mirarlo por poco tiempo, no podía ver sus ojos, saber que ese abrazo, esa voz melodiosa y esos ojos eran solo un engaño para atraparme, no quería creerlo, tal vez no podía ni podría nunca.

-Lo haré...no quiero lastimarte- Esas palabras fueron dagas que atravesaron mi cuerpo y mi mente, finalmente luego de mucho tiempo lágrimas cayeron por mis ojos hacia el suelo, sentí como su mirada se fijaba en mí mientras cubría mi rostro con una mano y retrocedía.

Moví la mano después de un momento, y lo mire con una sonrisa, esta vez, era una real -Gracias...- Dije con la voz quebradiza, apenas termine la frase, una alarma se escuchó por el lugar, y la puerta fue abierta. -Debo irme...adiós- Dije caminando lentamente, sintiendo su mirada clavada en mi espalda, como si fueran clavos.

....

Me senté en mi cama mientras dejé que las lágrimas cayeran, todo estaba planeado y todo iba a salir bien, o al menos eso trataba de repetir en mi mente. Ni siquiera en la cárcel, ni en mi casa, ni en el juicio había llorado de esta forma, de ninguna forma, pero sentía culpa, culpa por no haber visto todo lo que los demás veían con claridad y caer en una falsa fantasía.

Un sonido a mi lado hizo eco por la habitación, al mirar vi al médico que me atendió aquella vez, el cual estaba con tres o cuatro guardias detrás suyo.

-Lamento interrumpir, pero debemos realizar unos análisis como bien sabe- Yo asentí mientras me levantaba de la cama. -Serán exámenes rápidos y luego dejaremos que se vaya- Dijo mientras los guardias colocaban las esposas.

Luego lentamente y con el rostro rojo por las lágrimas, comencé a caminar por el pasillo, algo me decía que había hecho algo mal, esa sensación de peligro que sentí siempre volvió más que nunca, por lo que decidí preguntar algo que me generaba curiosidad.

-¿Por qué hay tantos guardias?- Dije volteando la cabeza ligeramente, pero, cuando lo hice, sentí como si una fuerza me empujara hasta al suelo, seguido de un fuerte pinchazo en la zona de mi cuello. Mi cuerpo se sentía como si me hubieran arrojado al mar con los bolsillos llenos de piedras.

-Es difícil cargar un cuerpo si solo somos dos- Fue lo único que oí mientras lentamente mis ojos se cerraban.  


Buscando una cura (Scp-049 y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora