Todo empieza por el inicio

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Estaba echada en mi cama, hacia un calor de mierda pero no me importo, solo quería seguir ahí para intentar pensar ¿que carajos me pasaba?,decidí empezar a hacerme preguntas a mi misma, como solía hacer cada vez que que me sentía un tantito (y con eso quiero decir, que quería jalarme los cabellos) nerviosa.

A ver Eligia, concéntrate.

Tu no eres una lame suelas, no para nada tu eres Eligia Clenyror, así que la conclusión no te va ha afectar en nada okay? Okay

¿Lo viste? Si.

¿Te gusto verlo? Eso creo.

¿Que sentiste? La misma mierda de siempre.

¿Te gusto sentir eso? Por supuesto que no.

¿Que harás al respecto? Esto no esta funcionando

¿Estas segura? Obvio que si, parezco una loser hablando sola sobre mis problemas existenciales, creo que necesito ayuda, empezaré a buscar un psicólogo.

Dejé mi gran cuestionario interno, me levante de mi cama y fui a la cocina, en la nevera no había nada; en si no tenia hambre, pero me sentía tan ansiosa, necesitaba hacer algo de manera desesperada, fui al baño a lavarme la cara, me sentía sudorosa y pegajosa; sentir el agua fría en mi rostro hizo que todo desapareciera por un momento, el olor del jabón ayudo a a que me relajara, estaba disfrutando tanto el agua fría que llené el lavamanos y sumergí mi rostro, deje que todos mis pensamientos se diluyeran en el agua, solo me concentre en lo fría que estaba el agua y en como mis pulmones me pedían aire; estuve así un rato hasta que necesité, de forma desesperada, oxígeno,

vi mi reflejo en el espejo, yo era una rubia despampanante, con unos ojos azul cielo y una sonri... en realidad era todo lo contrario, tenia un cabello que me llegaba a la mitad de la espalda y era de un color "particular" por así decirlo, ya que, yo por años creí que era castaña pero, recientemente, me entere que al parecer era pelirroja, la mierda, lo ultimo que faltaba era tener un cabello que pareciera de un hada, para mi suerte el tono era tan sutil que, sino estoy bajo el sol, muy poca personas lo notarían; mis ojos eran entre marrones y cafés; mi piel era pálida y con unas pecas que solo podrías ver con una lupa,  no estaba mal, me refiero que, claro no era una barbie pero tampoco era Cuacimodo. Baje a ver mi cuerpo, no era gorda, aunque tampoco era flaca , en realidad por la forma de mi cuerpo para mi era imposible ser "delgada" , era demasiado exuberante, era una chica de 90, 70 ( y digo 70 porque, ni con los ojos cerrados, mi cintura media 60), 90; pero no me mal interpreten, yo lo odiaba, quería ser delgada y menuda pero, como la vida es cruel, no lo era; y para lo que es peor, si yo fuera alta tal vez se disimularía un poco mis candentes curvas, pero no, mi metro cincuenta y cinco no me ayudaba en nada. A pesar de todo yo era mona, porque no era bella, ni hermosa, no guapa, ni nada de eso, yo era mona y punto. Lo cual me daba por ende unos cuantos admiradores, pero para mí los chicos me habían dejado de importar desde que él apareció, y era demasiado exigente para llegar a ser una chica que tenia "novios"; no wuaj los chicos para mi eran algo que venían con la palabra "peligro" escrita en su frente, así que yo solo miraba, y pues los besaba, y mucho, y me gustaba hacerlo, pero una vez que empezaba lo de los "sentimientos" pues yo era la mejor cabrona para apartar el tema. Solo había estado con cuatro chicos en mi vida, dos de ellos no contaba porque no dure con ellos mas de un día, y los otros dos pues, no eran lo suficientemente perfectos para mi, y los aparte apenas empecé a "sentir" cosas, después de esas dos relaciones, decidí que tal vez seria bueno ya darme la oportunidad al amor, conocer a alguien que me haga sentir especial, me sentía segura con mi idea, estaba decidida, pero como el destino me odia, me hizo verlo hoy, y la realidad me golpeo ( mejor dicho me agarro como Hulk agarro a Luki en los vengadores), yo no lo había superado y estaba lejos de lograr hacerlo.

Mi reflejo dio un suspiro de resignación; necesitaba distraerme y ahora.

Miré el reloj de mi celular, era las 6:13, perfecto, fui a mis contactos y busque el nombre de una de mis mejores amiga Simone.

La llamé y como siempre la bella y dulce voz de mi amiga me contesto.

- ¿Que quieres?- dijo ella a través del teléfono con el tono irritado que ponía cuando la interruptora en medio de sus series japonesas.

-¿Saldrás? - pregunte yo en el mismo tono

- No se, ¿Porque?¿Que hay?

- Mi cabeza está a punto de sufrir un colapso, ayúdame.

- Ay El que espesa, ya estoy en mi cama

-No seas aburrida, habla paso por ti en media hora y vamos a la plaza -no era una pregunta porque era viernes en la noche y sabia lo que me respondería.

- Ashhhh esta bien, en media hora bajas a mi casa.

- Pero me esperas lista, porque tú te demoras un siglo en cambiarte, peinar...

- Ya-ya-ya oye ya entendí - me interrumpió riéndose.

- Okay nos vemos- dije yo también riéndome.

Colgué el teléfono y a la velocidad de un koala me fui a cambiar,después de un rato de no saber que ponerme me dicidí por lo de siempre unos jeans y una blusa de gasa de diseño de flores, mis zapatillas Converse y listo, me regrese al baño para poder risarme las pestañas, y ponerme un labial rosa muy vintage, un poco de rubor, me hice un chongo con mi cabello y ya estaba decente, ya no asustaría peatones inocentes, cogí mis llaves, dinero y salí al encuentro de Simone, sin saber lo que pasaría.

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