© sᴇᴍᴘɪᴛᴇʀɴᴏ ↝ ˢᵃˢᵘʰᶤᶰᵃ ✓

ᶜᵃᵖᶤᵗᵘˡᵒ ᵘᶰᶤᶜᵒ

Disclaimer: Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son todo propiedad de Mashashi Kishimoto, yo solamente estoy utilizando los personajes para la historia, sin fines de lucro, para hacerles pasar un buen tiempo al lector.

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Cuerpo pequeño, hermosos ojos y oscuro cabello. Inevitablemente siempre su mirada se dirige en donde este y un fuerte sentimiento de protección lo consume. Evitando a cualquier costo que algo malo ocurra a su alrededor. Es su deber, el cálido sentimiento en su pecho así se lo dicta.

Ve como sus ojos se conectan y la ternura lo invade. Nunca creyó poder sentir algo como aquello, pero hace cinco años lo descubrió.

Es verano así que realmente no le importó el hecho de que estén en el suelo, y él casi técnicamente acostado en el.

Vio esas mejillas realmente grandes y levemente sonrojadas apreciando los parecido. Y le sonrió solo para ver su reacción, la cual lo maravilló al escuchar una pequeña risa de su parte.

Las pequeñas manitas se estiraron hasta tocar su rostro, una leve caricia que inspecciona con curiosidad su cara, y que cuando llega a un mechón de cabello, sin brusquedad, tal y como si supiera el daño que pudiera hacer, le acarició también el cabello apreciándolo.
Él por su parte solo observo maravillado cualquier acción de su cuerpo y reacción en bella su carita.

Cuando alejo su manita solamente permanecieron mirándose hasta que esos grandes ojos se volvieron somnolientos, y un leve bostezo salió de su boca.

Nuevamente mostró su gran inteligencia para su corta edad. Acercándose a él se acomodo entre sus brazos que se encontraban doblados y, abrazando uno de ellos, poco a poco cerro los ojos durmiendose.

En ese momento la puerta se escucho.

-Tadaima. - Una melodiosa voz se escucho a lo lejos y luego pasos dirigiéndose a su dirección. Cuando la supo en la puerta su mirada se dirigió hacia ella.

-Okairi. - Susurro, de nuevo ese sentimiento de ternura lo invadió. Ahí se encuentra la primera persona que se lo hizo sentir. Levantándose solo para quedar sentado en el suelo, aun con un pequeño peso entre sus brazos, la miro fijamente, una leve sonrisa adorno su rostro. Esa atractiva sonrísa que solo lo han visto las únicas dos personas presentes en la casa y en su corazón.
Mientras ella lo miraba interrogante con sus labios haciendo un leve mohín, las cejas levemente levantadas y las mejillas sonrojadas se sintió más enamorado que hace tan solo un segundo.

Y en serio que solo con ella se volvía un completo idiota, no pensó en lo que sus labios simplemente desearon soltar. Solo lo hicieron.

-Te amo.

-¿H-he? - Si que la tomó desprevenida.

-Gracias.

Gracias por aparecer, por no dejarme, elegirme y enamorarte de mi, gracias por casarte conmigo, por darme un hijo, por quererme, entenderme, apoyarme, por hacerme más feliz que nunca. Gracias por todo lo que conciente o inconscientemente haces por mi, por nosotros, por ser el calor que necesite en mis noches frías. Gracias por todo porque solo por ser tu misma me has enamorado más y más en cada segundo que corre en el tiempo. Gracias por el principio que le diste a lo nuestro, ahora este mutuo sentimiento no tendrá final. En serio gracias, Hinata.

 
 
 
 

FIN