Un día que pasa, es un día más cerca para entrar a la Universidad.
Todo lo que he estudiado, todo por fin valdrá la pena, a mis 18 años por fin entrare a la Universidad y no a Cualquiera, a la "Universidad Westminster" una de las mejores escuela de Londres, Me iré porque gane una Beca en Gastronomía.
Siempre he dicho que la comida es mágica, cuando estamos felices comemos, cuando estamos tristes comemos, para todas nuestras emociones comemos, por eso digo que la comida es mágica.
A un mes de graduarme de Preparatoria e irme a Londres a preparar todo, tenía muchas cosas que hacer, últimos trabajos, últimos exámenes, siempre he sido la nerd de mi generación , la preferida de los profesores, todo gracias a mi papá, él siempre me decía "Si vas a ser algo, sé la mejor, no te detengas por nada y por nadie, el amor un día llegará, los amigos se van, a veces sólo te tienes a ti y a tu familia, sé la mejor Arizona", bueno, tal vez por eso nunca he tenido un novio, o he ido a una fiesta, nunca me he emborrachado, pero es cierto, ya tendré tiempo para eso.
Un día mientras comíamos en familia, mi papá me preguntó:
-¿Estás segura que quieres irte a Londres?- me miró y pude ver un poco de preocupación.
-Sí, estoy muy segura papá, es una gran oportunidad, no la quiero desperdiciar.- ya sabía para donde iba esta conversación.
-Hija, ¿Pero, Londres?- mi papá quería que me quedara en Cleveland, Ohio, los dos nacimos y crecimos aquí, pero yo no quería estar más encerrada en Cleveland, quería conocer más.
-Sí, lo se papá, sé que quieres que me quede aquí, pero yo no quiero, tú siempre me has dicho que me preocupe por mí, pues así será, me iré a Londres.- quería sonar tranquila pero mi voz se escuchaba con algo de enojo.
-Está bien, sé que es lo mejor para ti-
-Sólo que nos duele ver que nuestra niña ya creció- dijo mi mamá acabando la frase de mi papá.
- No se preocupen, yo sé que me quieren mucho, los amo- Les dije mirándolos a los ojos, que no se preocuparan.
Terminamos la cena y me fui a mi cuarto, me recosté en mi cama y me quedé mirando mis cosas, mi escritorio a lado de mi cama, mi librero casi lleno con libros de ficción, amor, aventuras, y todos los géneros posibles. Pensando que en un mes ya nada sería igual.