Capítulo 4

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ALERTA! CONTIENE LEMON!

Seiya la llevó a un lindo y acogedor restaurante de comida italiana, luego de haber dado un tranquilo paseo por un parque donde había un hermoso lago, estuvieron mucho rato conversando sobre todo lo que habían hecho durante estos años, sus profesiones y demás cosas, hasta que les había dado hambre y llegaron hasta aquel restaurante por petición de Seiya, sabía que Serena amaba la pizza y la pasta, al igual que él.

Tomaron asiento en una mesa que estaba en la terraza del lugar y les daba una vista hermosa. El garzón se acercó para dejarles el menú y comenzaron a ojearlo.

— ¿Qué vas a pedir? — Le preguntó el pelinegro.

— Creo que un risotto de champiñones estará bien para mí, quiero dejar espacio para el postre — Le dio una sonrisa.

—Yo creo que pediré una pizza con mucho pepperoni y queso, con algo de champiñones también jajaja, también quiero dejar espacio para el postre, pero siéntete libre de pedir lo que quieras, yo invito esta vez —Le guiñó el ojo.

— Pues muchas gracias señor Kou, me halaga, ¿Esto es una cita entonces? — El le sonrió tierno, le tomó las manos al mismo tiempo que Serena lo miraba fijamente a los ojos.

— Pues sí, digamos que es una cita para recuperar el tiempo perdido bombón — Le besó los nudillos obteniendo un sonrojo en el rostro de la rubia.

— ¿Tiempo perdido? , bien, me parece perfecto, olvidémonos un poco de Diamante y Esmeralda, pero antes respóndeme esta pregunta: ¿Cómo se conocieron? — Aquella duda la tenía desde el instante en que la vio entrar en el bar karaoke hace semanas atrás, se notaba que era una mujer muy superficial y a Seiya no les gustaban de ese tipo, al menos en lo que ella recordaba.

— Ha, eso, mmm... la conocí en un bar que estaba cerca de donde vivía antes, nos hicimos amigos y luego llevamos la relación más allá, la pasábamos bien, cuando quiere es una mujer muy divertida — Se encogió de hombros restándole importancia — ¿Y tú? ¿Cómo conociste a Diamante? - También le mataba la curiosidad por saber dónde lo conoció.

— Mmmm... es una cafetería, sin querer lo derrame mi batido en él, cuando creí que se armaría un escándalo, porque obviamente no me iba a quedar callada si me decía algo luego de pedirle disculpas, él las acepto tranquilo pero a cambio me pidió mi número telefónico para quedar un día, y bueno luego de eso comenzamos a salir y de primera era un chico muy agradable pero luego se volvió muy celoso y esas cosas — Bajó la mirada, quizás nunca debería haber aceptado darle su número.

— Pero no recordemos esas cosas, mejor disfrutemos de la comida, no quiero ver ningún rastro de tristeza por hoy ¿De acuerdo? — Le tomó sus manos y besó sus nudillos, un gesto que a ella le encantaba,

Siguieron conversando por un par de horas, prometieron olvidar por ese día los problemas que tenían con sus parejas, luego fueron a una feria de artesanía que había por los alrededores de la hostal en donde se encontraban, se divirtieron en grande, parecían una pareja cualquiera, como si llevaran años y años enamorados y el amor no se hubiese desvanecido, por lo que, llamaron la atención de algunas personas, irradiaban una energía positiva y pasional sin darse cuenta, ellos simplemente se sentían como en una burbuja, no existía nadie más alrededor, se sentían con el deber de recuperar los años perdidos por haber sido tan cabezotas, además se dieron cuenta que el amor que sintieron hace 10 años atrás, seguía intacto, jamás se fue, solo lo habían guardado en un lugar muy dentro de su corazón. Ya casi anocheciendo regresaron a la habitación del hotel, estaban cansados.

— Así que aquí es donde se esconde la parejita de agentes, esto debe saberlo el jefe, además de lo acaramelados que entraron, se nota que tendrán una gran noche — Dijo una mujer de cabello celeste, mirando la hostal.

Amor en cubiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora