Capítulo 1

3.1K 218 38
                                    

—¡Vamos, si no lo haces ahora alguien mas le invitara a salir! ¿Qué mejor día para preguntarle que el 14 de febrero?— Pregunto su amigo de cabellos pelirrojos. Para el era fácil decirlo, la chica con la que Kirishima salia evidentemente se había enamorado al mismo tiempo que el, por lo cual no tuvo complicaciones la primer vez que la invito a salir, pero ¿alguien como él? Ya tenia una reputación bastante inmensa respecto a como era un don Juan con las damas de la Yuuei. Ya arrastraba esa cadena, la cual constantemente le hacia sentirse mas pesado, pero ¿Cuál era el problema? ¿Qué les incumbía a los demás su vida amorosa? Solamente no había tenido suerte para encontrar la indicada hasta ahora, pero esta vez tenia un buen presentimiento. Nunca se había sentido tan seguro de nada en su vida, hasta que la vio por primera vez. Aquella sonrisa tenue hizo que el corazon del chico latiera sin cesar, y poco tardo para finalmente enterarse de que se había enamorado a primera vista. Cada vez que la veía sentía que ella era la única mujer de la tierra, y siendo honestos, ese sentimiento no se había ido desde la primera vez que la vio, y al contrario, cada día se hacia mas grande y fuerte. Era la primera vez que lograba sentirse de aquella manera en toda su vida... Realmente se sentía enamorado, y no solamente de su apariencia. 

Estaba enamorado de aquel honorable y hermoso habito de sentarse con la gente solitaria en la cafetería.  Sato, el apellido de la hermosa joven tenia como habito el que cuando veía a alguien solo en alguna mesa de el edificio y notaba que seguramente nadie vendría a hacerle compañía, tomaba su almuerzo y se sentaba frente a ellos o a su lado. Les extendía un pedazo de su almuerzo, y les entregaba un pequeño vaso de té, leche con chocolate, chocolate caliente, café, o cualquier bebida que llevaba con ella. Evidentemente, siempre llevaba aquellos termos con una taza en la parte de arriba para compartir su bebida. Tomaba aquella tarea de acompañar a las personas solitarias bastante a pecho. Era como si el hacer eso la trajera de vuelta a la vida. Era una heroína, no importaba que aspecto de ella vieras. Era tan buena persona, como muchos héroes desearían ser. Lo único extraño en dicho habito, era que nunca soltaba ninguna palabra. 

No sabia como había caído enamorado, ni que rasgo de la chica en especifico le hizo sentirse tan atraído e indefenso hacia ella, pero iba a averiguarlo. Cada día, el era capaz de verla. La chica se sentaba justo en medio de la cafetería con calma, específicamente en medio de todas sus amigas y amigos, los cuales parecían siempre habar con ella, a lo que ella solo asentía o negaba con la cabeza. Era encantador el verla sonriendo y riendo tan bajo que seguramente la gente a su alrededor era la única que podía escucharla. Nunca la había escuchado reír a carcajadas, pero tenia la esperanza de ser el primera chico que causara aquella reacción en ella. Si, como pueden leer en todas las palabras que acabo de escribir, el chico no solo esta enamorado sutilmente de ella, el realmente quiere verla, y quería experimentar cada faceta de la chica. El realmente quería entenderla y saber cada aspecto de su personalidad. El realmente quería a Gen. 

—¡Lo haré!— Dijo el chico mientras se levantaba de su asiento. El pelirrojo sonrió mientras le daba un gran golpe en la espalda para darle mas coraje. Kaminari después de soltar un "¡Ay!" debido a la sorpresa, se encamino a pasos decididos y rápidos hacia la chica, la cual seguía sonriendo y asintiendo ante sus amigos. Todos los que la rodeaban voltearon sus miradas para escanear al nuevo chico que venia hacia aquel circulo de personas. El color rojo en las mejillas de Kaminari no tardo demasiado en aparecer, y cada uno de los chicos alrededor de la joven se pusieron a la defensiva al ver a un chico en aquel estado acercarse. Lo peor no fueron los hombres, si no las chicas. Realmente parecía que había  poco mas de veinte personas alejándolo de su objetivo. Nunca había visto que la chica fuese tan resguardada. Era como si la princesa estuviera resguardada por veinte y pico dragones. 

Su esperanza había escapado tan rápido como había llegado, pero al ver como Gen le sonrió y lo saludo con la mano le devolvió la esperanza. —Disculpa, señorita Sato, ¿me permitirías hablar contigo un momento? — Pregunto Denki mientras miraba hacia el suelo. La chica asintió levemente un tanto curiosa mientras sentía como todas las miradas estaban expectantes por su respuesta. Gen sabia que todos a su alrededor pensaban que debían protegerla, pero esa nunca fue su intención. Era una chica independiente. No necesitaba de nadie para sentirse segura. Si, tal vez era demasiado amable, pero eso no significa que no pueda defenderse sola. Solo significaba que deseaba que toda la gente pudiese sentir que hay alguien ahí para ellos. ¿Tan difícil de creer era eso? ¿Qué tan podrido tiene que ser el mundo para que todos piensen que alguien que hace acciones amables genuinas tiene que ser protegido? No lo sabia, pero tampoco le importaba. Mientras una sola persona lo intente, el mundo cambiara y aspirara a mejor. La joven caminó detrás del chico entre las mesas de la cafetería hasta llegar a los pasillos de la Yuuei donde finalmente hablarían a solas.

—Sato-Chan... M-Me preguntaba si quisieras— Comenzó Denki entre tartamudeos mientras bajaba la mirada. La chica sonrió sutilmente al verle tan nervioso ante ella. Recordaba la increíble cantidad de rumores que rondaban por toda la Yuuei respecto a ese rubio de ojos dorados, pero viéndolo de frente con esos nervios y ese carmín en sus mejillas le resultaba evidente el hecho de que no era tan malo como todos siempre le advertían. —salir a tomar un café y almorzar este viernes,—El chico hizo una pausa, y se replanteo como decir lo que deseaba de la manera más clara posible— mañana, conmigo— Pregunto Kaminari a lo que Gen solamente le hizo levantar la mirada, y mostrandole una angelical sonrisa asintió. 

Aquí es donde comenzara esta historia.   

Hablar Por Ti -- Denki Kaminari x Tu/OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora