°mo guan shan°

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Un día.

—Oh mí, 39° grados. ¿Qué hiciste para atrapar un resfriado así? —Dice su madre, remojando una toallita en un recipiente de agua fría a un lado de su velador. La coloca en la frente del pelirrojo. —¿Estarás bien sin mí, Momo?

—Ya te dije que sí. Con faltar a la clase hoy estaré bien. Ve a trabajar o llegarás tarde.

La mirada dudativa de su madre lo fastidia un poco. Él puede cuidarse solo y ella lo sabe.—Ve.

Ella asiente desanimada y da un pequeño beso en la cabeza del pelirrojo.
—Intentaré pedir un permiso durante el almuerzo para venir a verte. Y no estés saliendo por ahí, cuídate. —Mo asiente, enfurruñado. Ya no es un bebé, sabe lo que debe hacer y lo que no, que su madre se preocupe tanto lo hacía exasperar.

Su madre, que odia inmensamente ver a su chico enfermo, abandona el cuarto. En otras circunstancias lo estaría regañando unas mil veces.
Le diría que eso pasa por ser tan descuidado o por no preocuparse por sí mismo, pero la situación era que Mo Guan Shan decidió tomar dos turnos extras en su último trabajo y la lluvia lo encontró sólo, saliendo a unos minutos antes de la medianoche del trabajo, y lo empapó por completo.

Sólo puede sentirse culpable, y mucho más cuando su trabajo era tan estricto. Nunca le permitirían un descanso para cuidar a su hijo.

Ella no podía ir de ninguna forma. Pero, tal vez, ¿Ciertos muchachitos sí que podrían?

...

Así que, realmente era un tonto. Y no hablaba de su evidente resfríado, -aunque bueno, también era tonto por ello-, sino que de la estúpida razón de ese estúpido resfriado.

"Si yo... Le hubiese jodidamente dicho que sí. ¿...Habrías estado bien con eso?"

Tomó las sábanas y se tapó en ellas hasta la cabeza. De tan sólo recordarlo la ira hervía. Le costó un montón decirlo, entonces,
¿Por qué He Tian puso esa expresión?

Y más importante. ¿Por qué diablos esa situación atrapó tanto su mente que no se dió cuenta de la hora que era en el trabajo?

Le mintió a su madre. Le dijo que decidió quedarse unas horas extras por el dinero, pero no.
El dinero estaba bien, sólo que él estuvo pensando tanto, tanto que ni siquiera escuchó cuando su jefa le pidió quedarse horas extra, ni tampoco se percató de sí mismo asintiendo.

Y es que no pensaba en algo al azar en aquel momento. En realidad, tenía el mismo pensamiento todo el tiempo, una y otra vez, haciéndolo sentir mareado.
Y la sola idea de ello lo hace sentir en el borde de un torbellino.

La vibración de su móvil en la mesa de noche lo distrajo, y vio la luz de la pantalla encenderse.

"Pequeño Mo~ ¿Te saltaste la clase?"

Siempre al pendiente de él.
El pelirrojo frunció el entrecejo, sintiéndose extrañamente ansioso.

"Qué carajos te importa, no me busques."

Mierda.

Desde hacía un tiempo lo estaba pensando. Y cada día se convencía más.
Su forma de hablarle, y esas bromas tan jodidas que lo ponen de los nervios.

Siempre creyó que eran eso. Bromas jodidas. O tal vez una forma extraña y desagradable de intimidarlo. Lo creía, lo hacía, pero al parecer He Tian se esmeraba en hacerle notar que no eran simples bromas.

En realidad, siempre le ha parecido un gran y empalagoso imbécil cara de pene.

Aunque bueno, actualmente, lo consideraba un amigo, al menos. Pero no dejaba de ser un imbécil.
Y aún así esa sensación siempre ha estado ahí.
Molestando, y haciéndolo ridículamente consciente de He Tian.

pensando(te) ;; tianshanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora