Verano del 2016
Los cerezos ya habían florecido; colores rosados franjaban el celeste cielo en todo su esplendor, ojalá el cantar de las aves fuera lo único que se escuchara. Eso era imposible al vivir en una ciudad, como en todo tenía puntos a su favor y puntos en contra, pero esa mañana no se pondría a pensar en ello.
Tenía un buen presentimiento desde la noche anterior, quizás su padre al fin ganaría la lotería y ya no tendría que tomar el transporte público porque ahora tendría un auto propio e incluso podría abandonar la escuela. Aunque pensándolo mejor, le gustaría conocer a un maravilloso chico con quién congeniar, el cual se encargaría de robar sus suspiros y noches interminables de sueño.
«Sería tan increíble.» pensó al mismo tiempo que cepillaba sus dientes.
Al terminar de arreglar su rebelde cabello, caminó hacia la cocina y bebió de un solo trago el batido que su padre preparó como desayuno "saludable". Ni siquiera se tomó la molestia de leer la nota pegada a la puerta de entrada, ya sabía que siempre que el susodicho hacía eso significaba que no podrían cenar juntos.
–Joven Byun suba al auto. Es muy tarde para que siga aquí. –Se sorprendió al ver a su vecina Gyeongree siendo tan amable. –Vamos no seas tímido, no muerdo.
Rió al escucharla y no dudó ni dos segundos en ingresar al auto. – ¿Tiene planes para esta noche? Mi padre llegará muy tarde, pensé en cenar juntos.
La sonrisa de Gyeon le expresó un rotundo sí. No tardaron ni diez minutos para encontrarse en la entrada de la escuela. Él volvió a agradecerle por llevarlo prometiendo que llegaría a tiempo para cenar.
— ¡Hey Baekhyun, date prisa y ven aquí! — Escuchó apenas puso un pie en el aula, enfocó su mirada hasta ver la mano del azabache sacudiéndose al final de la última fila; con torpeza recorrió los espacios entre las bancas hasta sentarse en el lugar reservado por Junmyeon, esperando a que hablara. —¡Nos vamos a Taean este fin de semana! No tienes que preocuparte por tu padre, le llamé está mañana y accedió encantado ¿No es genial?
Arrugó el puente de su nariz, negando con dulzura sin dejar de sonreír mostrando su casi perfecta dentadura, ¿acaso estaba escuchando bien?, ¿cómo había logrado convencer a su padre? Ni siquiera él podía. —¿Por qué Taean? Queda cómo a diez horas de aquí. Es una eternidad.
—¿Acaso ya olvidaste que mis padres compraron el verano pasado una casa ahí? —Cuestionó con sarcasmo. —No seas aguafiestas, tendremos la casa sola para los cuatro. —Sacudió los hombros realizando un baile victorioso. —Si eso no te convence piensa en qué será nuestro último viaje antes de terminar la escuela.
La conversación terminó con un largo suspiró por parte de Baekhyun, su amigo tenía razón, si no aprovechaba ese viaje lo más probable es que nunca volvieran a estar juntos debido a que Eunhyuk y Minying pronto se mudarían a Osaka.
Por otro lado, Junmyeon estuvo a todas horas, como si de una grabadora descompuesta se tratase: les recordaba el calor infernal que se vivía durante el verano en Taean; según él, era tan intenso que podría derretir un iceberg entero en cuestión de minutos. Por el bienestar de todos y sobre todo por la salud mental de Junmyeon les rogó llevar ropa lo suficiente ligera, para no tener que verlos desnudos en su adorada casa.
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King Of Disaster
RomanceCuando Park Chanyeol se enteró que sería padre, se convirtió en el universitario más feliz del mundo. Le encantaba demasiado cuidar a su bebé desde la comodidad de su dormitorio aún cuando eso estaba contra las reglas. De no ser porqué el estudiant...