•La niñera• |Capítulo 30|

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—Espera—Dijo él y me siguió—. _______(TN) espera.
—¿¡Qué!?-Casi grité.
—Creo que hay algo aquí que yo no sé—Murmuró—. ¿Me vas a decir qué es?
—Sabes perfectamente lo que es.
—Creo que no lo sé, no me vendría mal que lo dijeras.
—Sé lo de la apuesta, Kendall—Solté, fue como vómito verbal, no debió haber salido de mi boca, pero no lo pude evitar. Kendall me miró sorprendido.
—¿Cómo te enteraste?
—¿Qué importa?—Dije riendo sin ninguna pizca de humor.
—_______(TN) no entiendes, deja que te explique…
—No tienes absolutamente nada que explicarme, Kendall, ya sé la historia.
—¿Hace cuánto lo sabes?
—Lo supe lo suficientemente tarde como para que no me sirviera arrepentirme de mis actos—Dije y subí corriendo la escalera, me metí a mi cuarto dispuesta a cerrar la puerta, pero Kendall no me lo permitió y solo la cerró cuando él estuvo dentro—. ¡Salte de aquí!
—Deja que te explique, _______(TN), por favor.
—¿Qué quieres explicarme, Kendall? ¿Lo mucho que te divertiste usándome?
—________(TN) es cierto, lo de la apuesta, pero me gustas, en serio me gustas.
—Si de verdad te gustara no me habrías usado—Espeté, dolida.
—________(TN) no te he usado.
—Te escuché hablando con James ayer, acerca de que tenías que acostarte conmigo por una apuesta, tu celular se quedó encendido y escuché todo, pero no es tan malo que haya pasado, porque al menos ahora tengo una excusa para decirte que vuelvo con Alex.
—¿Te dignaste si quiera a escuchar toda la maldita conversación?
—¿Para qué? Ya sabía todo lo que tenía que saber.
—¡No es cierto! No lo sabes, James me preguntó de la apuesta, le dije que sí, que me había acostado contigo, pero le dije que se olvidara de la apuesta, aunque yo hubiera ganado, porque era lo que menos podía hacer. Te juro que ni siquiera me acordaba de la bendita apuesta hasta que él me la recordó ayer.
—¿Y tengo que creerte eso?—Pregunté sarcástica.
—_______(TN)—Gimió angustiado—. Si no fuera verdad solo me habría acostado contigo y ya, te pedí que fueras mi novia, ¿Sabes cuántas veces he dicho eso en mi vida? ¡Ni una maldita vez desde que tengo 14 años!
—Quién sabe, podría ser por cualquier razón porque te encanta usar a las personas.
—No es cierto, ________(TN), no uso a las personas, tienes un concepto totalmente errado de mí.
—Claro.
—No necesitas una excusa para irte con Alex, supongo que sabes eso—Dijo con tono neutro, yo lo miré intentando descifrar qué era lo que su mirada escondía.
—Ya sé.
—Vale, solo quería aclarar eso, no te he usado, ________(TN)—Se mordió el labio y levantó su mirada del piso—. Estoy enamorado de ti, ________(TN), aunque no lo creas, pero si tú no lo estás no hay absolutamente nada que yo pueda hacer al respecto más que dejarte en paz.

Dicho esto él salió de mi pieza, dejándome con la boca completamente abierta, me esperaba de todo menos que él me confesara que estaba enamorado de mí, el caso era que yo también lo estaba de él, y quise bajar corriendo las escaleras a decírselo, pero había un problema.

Yo ahora estaba con Alex.

Estaba metida en un enorme dilema: si lo que Kendall decía sobre la apuesta era cierto, entonces la única hija de puta aquí era yo, porque lo había tratado horrible, le había dicho mil cosas que ni siquiera se merecía, y si era verdad que él estaba enamorado de mí, entonces eso hacía las cosas ponerse aún peores porque eso significaba que le había restregado en la cara que yo estaba enamorada de Alex James y que no debía de ser algo muy divertido escuchar cómo la persona que te gusta te dice que ama a otro cuando ni siquiera era verdad: ahí estaba el dilema, no podía estar con Kendall sin lastimar a Alex y no podía estar con Alex sin lastimarme a mí misma. Alex era un gran chico y yo no podía simplemente decirle que ya no me interesaba en lo más mínimo, no luego de que me haya confesado que Vanessa y yo éramos la única razón por la cual él había decidido volver.

Estaba metida en un gran lío justo ahora, no quería lastimar a Kendall sin embargo eso era exactamente lo que estaba haciendo en este momento: él me había pedido ser su novia antes de que Alex llegara, y yo lo había desechado porque había sido lo suficientemente tonta como para no escuchar la conversación completa.

Aunque sinceramente ya no tenía dudas acerca de la apuesta, porque Kendall tenía razón, si solo le importara acostarse conmigo no me habría pedido que fuera su novia y ahora no me habría confesado que estaba enamorado de mí, ¿pero qué hacer? Yo quería hablar con Alex y decirle la verdad, quería estar con Kendall porque quisiera aceptarlo o no yo estaba locamente enamorada de él, pero lastimar a Alex no iba a entrar en mis planes, no luego de que él fuera el mejor chico del mundo durante el tiempo que estuvimos de novios.

Bajé la escalera solo para encontrarme que ahora los únicos ocupantes de la casa eran los dos pequeños y yo, Kendall no estaba, y eso en parte era bueno porque no tenía ganas de enfrentarlo ahora. Llamé a Vanessa ya que gracias a que tenía que cuidar a los niños, no podía ir a su casa. Sonaron cuatro tonos antes de que la voz somnolienta de mi amiga contestara el teléfono.

—¿______(TN)?
—He, chica extraña, ¿aún durmiendo?
—Estaba tomando una siesta—Dijo entremedio de un bostezo.

Yo me reí: así era Vanessa, rubia de ojos azules, que vestía siempre de negro y era la persona más dulce del mundo, pero no querías verla enojada. Conocí a Vanessa gracias a Kendall, en parte, porque luego de que Kendall me abandonara como a un perro, yo me volví retraída y no dejaba que nadie se me acercara por miedo a salir lastimada de nuevo, el caso era que Vanessa también se retraía debido a su extravagante forma de ser y su extraña forma de vestir, por lo que la profesora siempre nos ponía juntas en los trabajos y proyectos. Al principio Vanessa me odiaba por ser “muy colorida” y yo simplemente no quería dejar a nadie ser mi amigo gracias a Kendall, pero al final habíamos terminado queriéndonos.

—Tengo un problema.
—¿Qué te hizo ese hijo de puta ahora?—Gruñó.
—La pregunta correcta sería qué le hice yo.
—¿Lo golpeaste?—Preguntó ilusionada.
—No.
—Pues qué tonta eres, Jones.
—Vanessa hablo en serio. No sé si creer lo que me dijo.
—¿Qué te metió en la cabeza ahora?—Bufó.
—Le dije a Kendall que sabía lo de la apuesta, y él me explicó que no era cómo yo pensé que era. Resulta que al principio la apuesta estaba en pie, pero ese día que fuimos a la universidad, James le preguntó acerca de la apuesta, y Kendall la suspendió, a pesar de haber ganado, dijo que eso era lo que menos podía hacer luego de haber hecho la apuesta.
—¿Y le crees?
—Al principio no, pero luego me dijo que si de verdad solo me hubiera querido por la apuesta, no habría confesado que yo le atraía.
—¿Y luego?
—Me ha dicho que… que está enamorado de mí—Vanessa soltó un chillido—. Luego me ha dicho que va a dejarme en paz de todos modos.
—Y tú, cariño, ¿qué es lo que sientes por él? ¿Y por Alex?
—Sabes que estoy enamorada de Kendall.
—¿¡Entonces por qué le dijiste que sí a Alex!?-Me regañó.
—¡Tranquilízate!
—No puedes enojarte porque Kendall te haya utilizado y luego utilizar a Alex.
—Lo mismo pensé, pero no quiero utilizarlo, solo no quiero lastimarlo.
—¿Por qué lo lastimarías?—Dijo media desesperada.
—¡Porque le gusto! No quiero herir sus sentimientos de la misma manera que hice con Kendall, estuvo mal.
—¿De verdad crees que a Kendall puedes dañarlo? Es un idiota.
—Creo que lo he hecho—Me mordí el labio.
—¡Pues si tanto te gusta Kendall y tanto le gustas tú qué mierda haces aquí hablando conmigo! ¡Ve a decirle antes de que se busque una chica para follar!
—Vanessa, no puedo dejar a los chicos solos y no sé dónde se ha ido Kendall.
—Voy para allá.

Vanessa me cortó y 10 minutos después el timbre de la casa sonó. Abrí y ella entró.

—Rápido, ve a buscar a Kendall.
—¿Por qué estás tan desesperada por que lo vaya a buscar?—Pregunté arqueando una ceja—. Solo ayer tenías ganas de estrangularlo.
—Sí.. pero… pero… es que si lo que te dijo es verdad entonces ya no lo odio, si no te ha hecho nada.
—Pero.
—¡Que te vayas!
—¡Vale!-Respondí y salí de la casa. ¿Dónde mierda quería Vanessa que lo buscara?

Me fui a los locales de comida que quedaban a unas cuadras de la casa e intenté divisarlo, pero no había señal de él. Entré al bar del que según estaba enterada solía ir Kendall, y cuando lo hice, deseé no haberlo entrado.

Kendall se estaba besando con una chica.

The Nanny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora