─ Si me pides que me quede, prometo que me quedaré contigo, Historia. ─La castaña acarició con delicadeza la mejilla ajena, su piel estaba fría.
─ ¿Lo prometes? ¿Prometes que te quedarás?─Sonrió.
─ Por favor, créeme, jamás te mentiría. No a tí.─Ymir rodó sus ojos, sonriéndole con honestidad; solo ella conocía aquella sonrisa.
─ Te creo.
Era mentira.
¿Cómo podría creerte? Hice bien en no hacerlo, si en este momento solo tengo una carta con tu adiós entre mis manos.
Realmente deseaba casarme contigo, Ymir, pero fuiste una tonta, una completa idiota.
¿Dónde quedó tu "vivir por uno mismo"? Si te entregaste al enemigo. Pensaba que te importaba lo nuestro, pero veo que no, decidiste no quedarte.
─ ¡...!
Ymir se sobresaltó, abrió sus ojos de par en par y miró a su alrededor. El castillo, lo había derrumbado al tirar los ladrillos mientras estaba transformada.
Dolía, su vista estaba borrosa y un fuerte dolor de cabeza le invadió. Cerró con fuerza sus ojos para después abrirlos nuevamente con más ganas.
─ ¿Uh?─Susurró, al elevar su vista, logró encontrarse con el rostro de Krista, la vio aliviada.
─ Ymir...─Notó como intentaba mantener su emoción al ver que seguía con vida. Lágrimas no podían no contenerse en aquel momento.
Todos estaban expectantes a la escena, Eren y Armin se veían mas confusos que Mikasa.
─ Ymir, ¿Ella es...?─Arlert miró de reojo al de ojos esmeraldas, Eren estaba igual de perdido.
─ Lo es─Habló la peli-negra.
Krista acarició el pelo de la contraria, sonrió con una felicidad inexplicable, era un verdadero ángel.
─ Mi verdadero nombre es, Historia─Confesó, pegando su frente con la de Ymir.─ Estoy tan feliz, gracias por todo...
─ ¿Todo?, ¿Qué vendría a ser "todo"?─A penas lograba modular palabras coherentes, estaba demasiado herida.
─ Por quedarte, enseñarme a ser yo misma, ¿Tal vez?─Lanzó una risa nerviosa, con cierta vergüenza.
Ymir no transmitió ninguna palabra, sus finos labios formaron una sonrisa, se sentía bien consigo misma, notó lo bien que estaba al conseguir lo que quería. Cerró sus ojos, y quedó inconsciente.
─ ¿Ymir?─Se preocupó, ¿La estaba perdiendo?
─ No te preocupes...─Habló al fin Hange, mirando el cuerpo de la castaña.─ Debería regenerarse, vamos a llevarla dentro de la muralla─ Historia asintió.─ Cuando se recupere le haremos algunas preguntas.