─ No, paren.─Ymir tapó uno de los ojos de Bertholdt, produciendo que su vista se perdiese.
─ ¡¿Ymir, que haces?!─Tuvo que detenerse en uno de los árboles para no perder el equilibrio. Reiner, quién tenía a Eren inconsciente, realizó lo mismo.
─ Déjenme verla.
─ ¿A quién?─Reiner tenía su mandíbula tensa, a este paso el escuadrón les tomaría ventaja.
─ Historia.─Pronunciar el nombre de su amada hizo que se produciera un nudo en su garganta.─ Por favor.─Sus ojos ya estaban reflejando lo cristalinos que estaban, intentando detener lágrimas.
¿Cómo consiguió que le permitieran? Nadie lo sabe, ni ella. Ahora iba de árbol en árbol transformada.
─ ¡Tonta!, ¡Dinos dónde se fueron!─Connie golpeó la cabeza del Mandíbulas.
Ymir inspeccionaba, nada.
─ ¿Uh?─Mikasa no entendía la situación. Algo andaba mal.
─ Parece que Ymir...─Arlert realizó una pausa, pensativo.─ Está esperando a alguien en especial, entre todos nosotros.
Alguien en especial.
─ ¡Ymir!─Era su voz.─ ¡Me alegra tanto que estés...!
Los ojos de todos se abrieron como platos al ver como la titán saltó, extendiendo sus labios y dando espacio para que entre la reina en su boca.
─ ¡¿La devoró?!─Jean se perturbó.
─ ¡No la dejen escapar!─Gritó el comandante. Quienes iban adelantados en aquel entonces fueron Mikasa y Armin, seguido de los demás guerreros que iban a caballos.
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Historia, estoy tan arrepentida de todo ésto. ¿Cómo aún no has podido odiarme? ¿Qué viste en mí para darme una oportunidad?
La promesa que hicimos en aquella montaña: lo recuerdo cómo si fuese ayer, estábamos hablando, y de un momento a otro, me hiciste una pregunta.
─ ¿Podemos... ser amigas?─Mi rostro se reflejó en tus hermosos ojos, nunca nadie me había visto de esa manera tan honesta como tú.
Me limité a tomarlo como un chiste de mal gusto, eres idiota, ¿Verdad? ¿Por qué alguien como tú quisiera algo tan desagradable con una imbécil como yo?
Historia, solo nací para vivir pagando todos mis pecados, sufrir a base de todos ellos.
Hasta en mis últimos momentos: solo pensaba en que lo merecía. Por que nunca supe vivir por mi misma, tuve una segunda oportunidad que desaproveché.
¿Y tú? Eras igual que yo, y me aterraba. Ambas sufrimos en nuestras infancias, ¿No es así? Conocerte fue un impacto enorme.
Pensaba que podía lograr ser perdonada, no esperé enamorarme de tí, pero ahora ya no podrás saber lo que sentía.
─ Perdóname.─Modular dentro de mi titán era complicado; recurrí a acariciarte con una de mis manos, intentando que las garras no dañen tus frágiles pómulos.
¿En qué demonios estaba pensando? Si pudiera haberte dicho unas últimas palabras, no hubiera pensado en "Perdóname" o "Lo siento".
Te hubiera dicho que te amo. Que no te conviertas en lo que yo fuí todo este jodido tiempo. Vive, Historia, vive por tí, naciste en este mundo para vivir una vida digna.
Ahora mismo mis brazos y piernas están atadas. No puedo mirar el rostro del hombre que me va a devorar, no me dan las agallas.
Si hubieras visto mi rostro, juro que no es porque estaba triste de afrontar la realidad de que, dentro de unos instantes, estaré muerta.
Seguro te hubiera dado lastimar el "verme triste y deprimida", pero en realidad, esa expresión que tenía era la cara de una persona que sentía asco de si misma.
Morí pensando en que me convertí en la persona que Historia no quisiera haber visto jamás en su vida. Una persona que, si ella la viera, sentiría asco.
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