─ ¿Por qué piensas tanto, Historia?
Ymir logró recuperarse, estaban en una pequeña habitación. La mencionada se encontraba sentada en una silla al lado de la cama donde reposaba la de pecas.
─ Haré una pregunta sin sentido.─Dijo, Ymir centró su atención en ella.
Hizo una pausa, buscando palabras para construir su pregunta.
─ Ymir, ¿Cómo piensas que serían nuestros hijos?─Fue directo, tan directo y preciso que llegó a confundir a la castaña, (Y producir un sonrojo de parte suya).
─ ¿Por qué esa pregunta tan repentina?─Se iba a ahogar con su propia saliva y darle una crisis.
─ Saber que estaba por perderte me hizo pensar muchas cosas a la vez.─Admitió, agachando la mirada.
─ ...─Ymir quedó pensativa.─ Pienso que tendría mis ojos, pero la mirada de los tuyos.─ Iba imaginando.
─ ¿Algo más?─Preguntó curiosa, observando.
─ Que tendría una fracción de tu sonrisa, ¿Tal vez? Pero sería tan independiente como yo.─Habló orgullosa por el final, haciendo que Historia sonría.
─ ¿Qué opinas de su altura?─Levantó una ceja, sonriendo sarcásticamente. Era obvio que se refería para confundirla, debido a la diferencia de ambas.
─ Hm, ¿1,65? ¡1,69! Por ahí.
Ambas mantuvieron el silencio, pero no lo lograron, no pudieron no aguantar sus risas nerviosas.
─ Una buena altura─Historia apoyó su rostro en la palma de su mano.
─ Pero no se porque hablas de "nuestro"─Ymir observó penetrante a la contraria, quién se dedicó en mirarla curiosa.
─ Explícate.
─ Todos saben tu secreto. Eres la reina.
─ Y todos saben el tuyo. Eres una titán.
La joven de pecas negó.
─ No compares; es diferente. Tu papel ahora mismo es importante─Dijo.
─ Explícate─Repitió.
─ Vivirás por tí misma, sabrás hacerte cargo porque naciste para esto. Conseguirás a un hombre apuesto que te quiera, y que no sea Reiner, por favor.
─ Ymir.
─ ¿Uhm?
─ Quiereme mientras sigamos vivas.
