Capítulo IV: Fingertips

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El cansancio físico y mental le estaban pasando la cuenta, así que apenas llegó a su casa se recostó en su cama mirando el techo. Miró la hora en el reloj de su mesita de noche, en dos horas y veintitrés minutos debería alistarse y asistir a clases. Con un pesado suspiro se preguntó así mismo si realmente valdría la pena ir a clases, es decir, qué tanta materia podría perder si se quedaba en su casa a dormir.

Se quitó la absurda idea de faltar a clases y se relajó para descansar un poco más, pero todo cambió cuando su teléfono sonó indicando una llamada entrante. Sonrió y rápidamente contestó.

—¿A qué debo el milagro de tu llamada? —se burló mientras se giraba y terminar recostado vientre abajo.

—¿Acaso hay una ley que prohíba llamarte de la cual no me estoy enterando? contestó entre risas.

—Nop, pero debo admitir que me sorprende mucho que llamaras. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi —suspiró.

—He estado un poco ocupado con el tema de las capacitaciones y las composiciones, pero tranquilo volveré en unos meses a Corea.

—¿Sigues en china? —preguntó con un tono entre asombrado y decepcionado— Pensé que estabas ya en el país y esta era una llamada para que nos encontráramos e ir por un café.

—Nop, sigo acá. Pensé que no me quedaría mucho tiempo, pero mi abuela y su persuasión tienen la culpa. Quiere que me quede por un tiempo más, se la pasa diciendo que hace mucho no veía a su nieto favorito ¡Dios! Soy su único nieto —se quejó como un niño chiquito—, pero bueno, esa señora no acepta un "no" como respuesta.

—Lo sé, a KyungSoo y a mí nos obligó a aprender a cocinar para que, cuando nos volviéramos un par de hombres independientes, no muriéramos por inanición —se rió al recordar a esa tierna mujer enseñándole diferentes recetas desde simples pastelillos hasta recetas chinas muy elaboradas.

Mi abuelita —suspiró—. Hablando de Soo me contó hace un par de días que es más estrés que persona. Al fin tiene a su primer autor y lo persigue para que escriba las historias a tiempo. Lo peor es que quiere matar al sujeto, pero no puede porque es su primer empleo y porque asesinar es ilegal —lanzó una carcajada—¿qué hay de ti futuro enfermero Byun?

—Cancelaron mi beca por un estúpido error, así que me vi en la obligación de buscar un trabajo —comenzó a jugar con las pelusitas del edredón—, pero tuve mucha suerte, no como Soo. Un matrimonio me contrató para cuidar de su hijo hace como tres meses más o menos. El chico tenía problemas visuales, pero hace un un mes y medio atrás perdió la vista en su totalidad.

—Así que estas al cuidado de un chico en situación de discapacidad visual..., un Déjà vú ¿no?

—Algo así—nuevamente se giró y quedando recostado de espaldas—, pero esto más difícil de lo que pensé, porque siento que cada paso que avanzo, retrocedo dos hacia atrás y es demasiado frustrante. Estas dos últimas semanas, por ejemplo, habíamos entablado una buena relación entre ambos, incluso hicimos actividades juntos, pero en el instante que le sugerí tomar la terapia que recomendó el oftalmólogo, retrocedimos al primer día —Suspiró sonoramente—. Quiero ayudarle, en serio que quiero, pero ya no sé cómo.

—¿Y qué pasa con su familia? Ellos deberían ser la motivación de ese chico para poder avanzar.

—Los señores Park, sus padres, son un amor de personas, pero aún se encuentran dolidos con la noticia, he visto como miran a su hijo, en serio YiXing que puedo ver la tristeza y la impotencia por no poder hacer nada para que su hijo "sane" —cerró sus ojos y recordó las veces que descubrió a la señora Park llorar en la cocina o fuera de la habitación de su hijo.

Fallin' light [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora