Capítulo I

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Hola a todos los que han llegado a "Renacer" mi nuevo proyecto MewGulf. 
Espero que sea de su agrado y que sigan la lectura hasta el final. Solo puedo 
decirles que sin importar qué pase ellos tendrán un final feliz.
Como es costumbre las actualizaciones serán diarias, aunque debo advertirles 
que son pocos capítulos, pero son largos. 
Gracias, y que disfruten la lectura. 

Renacer

Por: Adriana Jongcheveevat

Capítulo I

¡Mew!... - ¡Mew!... – en contra de las órdenes que las autoridades habían indicado, Gulf entró corriendo y gritando el nombre de su amigo a la bodega de mala muerte ubicada en los barrios bajos de Bangkok.

En ese momento realmente nada le importaba, nada que no fuera Mew. Después de un largo, desgastante y terrible mes por fin habían encontrado el paradero del hijo mayor de la familia Jongcheveevat que había sido secuestrado una mañana mientras salía de su casa para ir a correr.

Esos habían sido los treinta días más agonizantes que había pasado en su joven vida. Por su mente nunca pasó la idea de vivir una situación tan traumática y caótica como esa, en la familia Jongcheveevat y en la suya, los Traipapittanapong, tal suceso había ocasionado un impacto emocional tan perturbador que la propia madre de Mew, en una ocasión había pensado en quitarse la vida al saber que unos sujetos habían privado de la libertad a su hijo.

El equilibrio, la normalidad y la tranquilidad en la que vivían ambas familias, se había quebrado por completo, alguien les había arrebatado su paz de la manera más atroz que alguien se pudiera imaginar. Cada uno vivía la ausencia de Mew de manera diferente, cada miembro de las familias Jongcheveevat y Traipipattanapong lidiaba con aquella horrible circunstancia como su juicio le permitía: cada uno deseaba con todas sus fuerzas que alguien llegara y les dijera que todo iba a estar bien y que el desenlace sería positivo.

Lo que era un hecho común entre ellos es que no tenían ni la disponibilidad ni la energía de continuar con su vida normal ni con sus actividades diarias, simplemente no se podía y no se quería hacer nada, no con un Mew desaparecido en contra de su voluntad, no con un Mew lejos del calor de su hogar. Y aunque deseaban tener la certeza de que las cosas iban a salir bien, lo cierto es que en circunstancias que se escapan de nuestro control se tiene que ir al paso de los acontecimientos pues desafortunadamente se depende de otro ser humano para sentir alivio y tranquilidad.

Desde la desaparición de Mew a manos de un grupo de secuestradores, Gulf se había quedado en la casa de la familia de su amigo y no hubo poder humano que lo alejara de ese lugar, necesitaba permanecer en ese sitio para estar al tanto de cualquier noticia de Mew. Al principio sus padres se oponían por temor de que los delincuentes fueran a buscarlo a él también, sin embargo, Gulf con firmeza y seguridad dijo que de ahí no se iba a mover hasta que su amigo regresara y así lo había hecho. Muchos de sus allegados se habían imaginado que al recibir la terrible noticia Gulf iba a dejarse caer o a resguardarse en su casa hasta que su amigo apareciera, sin embargo había mostrado una actitud de valentía y determinación para encontrarlo que sorprendió a todos.

Los primeros en enterarse del rapto fueron los padres de Mew, una llamada pidiendo dos millones de bahts (unos sesenta y tres mil ochocientos setenta y siete dólares estadounidenses) a cambio de la libertad del joven los puso en alerta. Lo primero que hicieron fue tratar de contactar a Mew pero su teléfono se encontraba apagado, en consecuencia le hablaron a Gulf para preguntarle por su hijo, a lo que el joven negó encontrarse con él pero al notar la preocupación de la familia Jongcheveevat preguntó si algo malo pasaba y la madre de su amigo tuvo que revelarle lo que estaba pasando.

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