Papá, gracias.

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Aclaración: Los personajes de The Promised Neverland no me pertenecen, son propiedad de Kaiu Shirai y Pozuka Demizu. Las imágenes utilizadas para las portadas no son de mi propiedad.

Género: Drama, Hurt/Comfort.

Personajes: Emma, Ray, Oliver, Yuugo, Lucas.


La mirada carmín de Oliver se perdió en el manto nocturno, el cual era adornado por cientos de destellos plateados. Con suerte pudo divisar algunas constelaciones que se sabía de memoria gracias a los libros de astronomía que se había dedicado a leer cuando llegaron al búnker B06-32.

Secretamente, uno de sus más grandes intereses había sido el universo. Si ya de por si el mundo en el que vivían era estrambótico y desconocido para él, eso no le desacreditaba al misterioso e inmenso universo que posaba más allá de sus cabezas.

Cuando llego al refugio junto a los demás niños ganado y para cuando Emma despertó de ese insufrible coma, Oliver no solo había podido respirar en paz, sino que también había podido relajarse. Claro, eso último se lo había propuesto Lucas, quien al percatarse de la variada biblioteca del lugar le dijo con emoción a Oliver que no se contuviera y que leyera cuando pudiera.

Recordó con una sonrisa tenue el día en el que Lucas se acercó a él con una pila de libros, los cuales en sus portadas podían verse plasmados los títulos referentes a la astronomía.

Oliver había mirado al mayor con asombro por varios segundos, sin entender cómo era posible que Lucas supiese sobre su secreto interés respecto al tema.

—Cuando estábamos en Goldy Pond pude ver que te escabullías en las noches para subir a los tejados y ver el cielo —comentó cómo si no tuviese importancia para tomar uno de los libros y abrir la pasta —. No te culpo, el universo es raro, misterioso y muy interesante.

Y con una sonrisa el hombre lo dejó en soledad para que pudiese leer hasta saciar su curiosidad, aunque ambos sabían que entre más supiera del tema más y más querría saber.

Oliver trago saliva dolorosamente ante el recuerdo de su querido maestro y líder. Lucas había estado para él cuando la verdad lo golpeó de forma abrupta, había estado ahí sosteniendo su mano y haciéndole ver que ya no estaba solo.

Lucas había sido el soporte emocional que necesito cuando pensó que todo estaba perdido, que no había motivo para seguir luchando. Él se había dado por vencido tan rápido como supo la verdad, había querido dejar que los demonios hicieran con él lo que al parecer era su propósito de vida; vivir para ser comido después.

Por suerte Lucas estuvo ahí, trayéndole esa luz que pensó que jamás podría volver a ver. Si, era una luz cruda pues ahora sabía la verdad, pero era una luz que lo motivaba a seguir adelante.

Él era un humano, y como humano que era lucharía con uñas y dientes hasta tener su ansiada libertad. Lucas le mostró que perderían mucho, perderían personas, perderían sensibilidad y hasta perderían cordura, pero mientras se tuvieran a sí mismos y algo que proteger, podrían seguir adelante sin voltear atrás.

Cuando fueran libres... ahí sería cuando Oliver tendría permitido explotar. En ese momento no estaba haciendo más que contenerse a pesar de que su amado amigo y padre había muerto junto a Yuugo, otro gran maestro y amigo del cual se había encariñado bastante.

El peli blanco quería hacharse a llorar, quería deshacerse y gritar en agonía por no haber podido hacer nada por salvarlos, pero no podía. Lucas le había enseñado a ser más fuerte que todo eso.

Dolía como un infierno haberlo perdido, saber que no volverías escuchar sus palabras sabias y amables, sin embargo no podía desmoronarse. Cada vez estaban más cerca de ser libres.

Papá, gracias | The Promised Neverland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora