La magia no existe.

31 7 0
                                    

Si la magia existiera, tal vez yo podria haber hecho algo para que papá volviera a vivir. Pero no. La magia no existía. Los tiempos en los que creía en la magia y en cuentos de princesas ya había quedado definitivamente atras. 

El futuro era lo que importaba. Tenia demasiadas preguntas en mi cabeza. 

Por ejemplo, y entre otras cosas, en mi cabeza rondaba este interrogante: ¿cómo iba a ser vivir con esos familiares casi desconocidos? Estaba por mudarme a la casa de mi tío Brad, el hermano de mamá, que vivía con su esposa Megan y su hija Maria, mi prima. Una prima a la que había visto menos de 6 veces, para navidades o cumpleaños y que desde hacía años, por lo menos desde la muerte de papá, no la había vuelto a ver. Una vez, le habia oído decir a mamá "La familia te toca, los amigos se eligen". Y era verdad. Cada vez que pensaba que el tío Brad y mamá eran hermanos, me sorprendía mas. 

Podria encontrar menos parecidos entre ellos, que entre una hormiga y un mamut. Brad, un hombre de negocios, contador, que se habia radicado en la ciudad para ganar plata, y hacer una gran carrera. 

Y Bety, una mujer a la que nunca le importo el éxito económico. Ella, que cuando papá pudo, se vino a vivir a Brístol, con migo en su estómago. Queria una vida mas tranquila. Una, que le dejaba tiempo hasta para ocuparse, de los perros, y el jardín. 

Cuando quise darme cuenta, seguía despierta, y ahora con menos tiempo para dormir. 

Volví a pensar en papá. 

La culpa de todo la tuvo su talento. Eso fue lo que lo mató. Porque el era un granjero, pero ademas de eso, era un gran investigador. Por eso se vino a vivir aquí. Su talento y la sensación que tenía de que estaba trabajando en algo súper importante, en un proyecto del que nunca supe demasiado, pero que, según papá, representaba un gran paso para la humanidad. Había quienes decían que estaba loco. Pero yo no lo creo así. 

Sentía odio y orgullo hacia mi padre. En la misma proporción. Si el no hubiece ido a trabajar a Suecia, en ese trabajo, todavía estaría aquí, en Bristol, con mamá y con migo. 

Desde que se había mudado allí, no recibía muchas noticias suyas. Pero meses antes de morir, el poco contacto que teníamos, se había esfumado. 

¿Por qué? Nunca lo supe. Las malas lenguas decían que el había formado otra familia, y se había olvidado de nosotras. En el fondo de mi corazón, sabia que esa podia ser una opción, aunque por fuera, lo negara. Pero eso, ahora, ya nunca iba a saberlo. 

Gire en mi cama, una vez mas. Y miré el reloj. 

¿Por qué no tenía ganas de irme? De repente, me sentí una desagradecida. El tío Brad, había ofrecido pagarme los gastos de la universidad, y del viaje hacia la ciudad. Gastos de los cuales sin su ayuda económica, no podria haberse hecho cargo mamá, y yo jamas lo habria soñado. 

¿Por qué lo estaba haciendo? No se. Tal vez, se dió cuenta de que, por mi madre y por mi, esto era lo mejor. Yo no lo sentía así. Yo quería quedarme en Brístol. Con mis amigos y mi mama. Pero no podía hacer nada ya. 

MysteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora