El ambiente está tan callado, y yo no quiero ser la primera en romper el hielo, lo único que hago es intentar calmar a los latidos de mi corazón, que, con cada segundo que pasa, se hacen más fuertes.
Estoy segura de que él también puede oírlos, y eso me avergüenza más.
Lo más sensato es separarme de él, porque si me quedo más tiempo en sus brazos, voy a morir de la vergüenza o de un ataque cardíaco. Pero ni siquiera puedo parpadear, no es broma cuando digo que sus ojos te congelan, sin mencionar el hecho de que mi cuerpo se siente más pesado que antes.
—H-hola—Logro decir con la mejor sonrisa que mis nervios me permiten articular.
Jumin frunce el ceño ante mi extraño saludo, parece que la sonrisa que le he dado no fue la mejor.
—Buenas tardes,— Sus palabras son cortantes, y su voz es más fría que de costumbre. Es imposible no notar su enfado.
Trago saliva antes de apartarme, me quedo sentada en el suelo, enterrando mis dedos en la alfombra hasta que el mareo desaparezca, pero me es difícil recuperar la compostura con Jumin cerca, puedo ver su sombra proyectarse en la cortina.
Cuando mis mareos se han ido, intento pensar en alguna excusa, pero ninguna es lo suficientemente creíble como para que él me perdone.
De seguro quiere una explicación. Merece una explicación. Y no la tengo.
— Lo siento,—Digo sin mirarlo,— Me retrasé un poco
—Sí, un retraso de más de media hora,— el tono de su voz me hace pensar que no está tan molesto como pensé, dirijo mis ojos hacia él para ver su reacción y asegurarme de que así es, pero lo único que él hace es cruzarse de brazos antes de que su mirada se encuentre con la mía,—Muy poco,— Vuelvo a clavar mi vista en el suelo, porque pude sentir como si el diablo me estuviese mirando.
Mi corazón vuelve a latir con rapidez, y mis manos comienzan a sudar. Conozco este sentimiento, no es nada agradable, lo experimenté más de una vez cuando hacía algo malo y mi abuela me llamaba la atención haciéndome sentir pequeña.
Quiero salir corriendo.
Pero no lo haré porque sería patético. Suspiro mientras tomo mi brazo izquierdo y lo apretó con fuerza, obligándome a calmarme.
—En verdad lo siento, no tengo excusa,— Reúno la fuerza y el valor suficiente para ponerme de pie y estar frente a él,— ¡Pero...!,—Inclino mi cuerpo hacia adelante hasta que sean unos escasos centímetros los que nos separen.
—¿Pero qué?,—Jumin echa la cabeza para atrás, y mira el dedo índice que he levantado, rezo para que no haga contacto visual porque de seguro he de caer encima de él.
Pero por desgracia lo ha hecho y me quedo muda, estoy en blanco.
Esto no está funcionando.
—¡Pero te ofrezco una...!,—Quiero parecer segura de mí misma, escuché que ayuda, pero no sé si sea lo adecuado para esta situación. Jumin continúa viéndome de forma extraña, lo único que hago es alejarme dejando escapar un suspiro,—... Una disculpa sincera, no sé qué pasó conmigo, el tiempo se fue volando y no me di cuenta de ello.
ESTÁS LEYENDO
Lonely Heart
Fanfiction¿Alguna vez has experimentado los primeros latidos que causa el primer amor? Son tan fuertes que llegan a lastimarte después de que aquel corazón se haya desesperado, y haya hecho lo imposible para poder sentir al otro. ¿Cómo está tu corazón ahora...