CAPÍTULO 4

73 4 0
                                    

Narra ____ Hamilton:

Mario: - Jan, tengo que ir al pueblo a comprar más comida, no pierdas de vista a ____.
Jan: - Está bien Mario.

Jan: - Hola ____, ya estoy aquí de vuelta. - dijo entrando a la habitación donde yo estaba.
____: - Hola, ¿tuvieron visita de algún familiar ?
Jan: - Sí... Algo así. - dijo rascando su nuca..
____: -¡Que bien! ¿Y qué es de ustedes?
Jan: - Bueno, en realidad no es...
____: - Espera... - dije mientras llevaba mis manos a la cabeza, otra vez ese dolor se hacía presente en mi cabeza y otro recuerdo comenzó a llegar.

Flash-Back

Señora: - Mi amor, ¡Felices 10 años! Aquí está tu pastel y adivina ¿quién está aquí? - dijo y yo estaba en la cama apenas despertando.
____: - ¡PAPÁ! - dije emocionada.
Señora: - No, mi amor, él vendrá después, en estos momentos está muy ocupado. Pero el que si pudo venir es Alberto. ¡Adelante Alberto! - gritó y este entró.

Alberto era el mismo niño que había aparecido en mi primer recuerdo. Pero, ¿por qué no podía ver la cara de nadie, ni de la señora, ni de Alberto?

Alberto: - Hola ____. ¡Feliz cumpleaños! - dijo y subió a la cama a darme un abrazo.
Señora: - Bueno, mi amor, me llevo este pastel a la cocina, mientras te levantas y bajan los dos a comer un pedazo de pastel, ¿ok? - los dos asentimos.
Alberto: - ____, te traje un regalo.
____: - ¿De verdad? A verlo. - dije emocionada.
Alberto: - Toma, ábrelo. - dijo dándome una caja pequeña.
____: - ¿Qué es?
Alberto: - Pues ábrelo. Lo hice yo, y mi mamá me dió los materiales.
____: - ¿Una pulsera? - dije abriendo la caja. Era una pulsera hecha de conchas pequeñas de mar y unas cuantas piedritas.
Alberto: - Sí, yo la hicé. ¿Te gustó?
____: - Sí, mucho, gracias Alberto, nunca me la quitaré. ¿Me ayudas a ponermela?
Alberto: - Sí. - dijo y la puso en mi mano, la apretó y quedó.
____: - Gracias, ¡vamos a comer pastel! - dije y salí corriendo.
Alberto: - ¡SÍ! - dijo y salió corriendo detrás de mí.

Fin Flash-Back

Jan: - ¿Estás bien ____? - preguntó mientras tomaba mi cabeza en su mano.
____: - ¿Qué?
Jan: - Te me fuiste unos segundos. - dijo nervioso.
____: - ¿Cómo? - pregunté mientras me sentaba en la cama.
Jan: - Sí, te quedaste inconsciente durante unos segundos, ¿te encuentras bien?
____: - Sí Jan, me vino otro recuerdo a la memoria.
Jan: - ¿De verdad? O sea que cada que un recuerdo te llega a la mente, te quedas inconsciente hasta que se termina ese recuerdo?
____: - No lo sé, la otra vez que pasó no lo recuerdo, pero al parecer sí.
Jan: - ¡Fu! Tendré que estar mas al pendiente de tí. Porque sino cuando te llegue un recuerdo te vas a caer inconsciente y te vas a golpear en la caída. Pero dime, ¿qué recuerdo fue?
____: - Al parecer era mi cumpleaños número 10. Mi mamá me despertaba con un pastel, el niño que ví en el primer recuerdo, me dió una pulsera de regalo y le prometí que jamás me la... - dije e inmediatamente chequé mis muñecas, buscando aquella pulsera.
Jan: - ¿Te la qué? - dijo esperando la continuación.
____: - Le prometí que jamás me la quitaría, pero no la traigo puesta Jan.
Jan: - Bueno, si dices que fue cuando tenías 10 años, puede ser que te la hayas quitado, ya pasó mucho tiempo, porque no sé cuántos años tienes, ni tú misma sabes, pero de 10 no te vez. - dijo riendo.
____: - Tal vez si llegara a ver esa pulsera, recordaría la cara de Alberto.
Jan: - ¿Cómo? ¿Sigues sin poderles ver?
____: - Sigo viéndolos, pero sin ver su rostro. Lo veo todo borroso.
Jan: - Bueno, aún te faltan muchos recuerdos por descubrir, ya verás que en algunos de estos les verás la cara.
____: - Gracias Jan, por interesarte.

Narra Mario Bautista:

Me subí a la camioneta y fui directamente al pueblo, había mucha comida que tenía que comprar.
El pueblo estaba alredesor de 20 minutos en camioneta, nosotros vivimos en una cabaña alejada de todos, está escondida en el bosque, pues debido a lo que nos dedicamos no podemos estar cerca de gente que pudiera delatarnos. La gente de este pueblo ya nos conoce, a mi hermano y a mí y nos respetan, pues al parecer saben, que no somow gente que no se anda con jueguitos. Además de que también nos respetan, porque ayudamos a las personas que más lo necesitan en este pueblo.

Empecé a elegir los productos que llevaría y los puse dentro del carrito de super. Me formé en la fila para pagar.

Viejecita: - Hola, mi niño, por fin, vuelves a visitarnos. - dijo mientras empacaba los productos que había comprado.
Mario: - Así es, se nos acabaron los insumos, entonces, tuve que venir a comprar.
Viejecita: - Que bueno, tenía muchas ganas dee verte atí y a tu hermano.
Mario: - Pero, usted no debería estar aquí. Ya le dije que si se queda en su casa, yo le ayudo con sus gastos.
Viejecita: - Pero ya te dije que no me parece eso, yo prefiero venir a trabajar empacando, no me gustaría quedarme sola en mi casa.
Mario: - Usted no entiende. - dije dándole $1,000 pesos de propina. - Andele pues, tome este dinero para ayudarla un poco.
Viejecita: - No es necesario.
Mario: - Acéptelo, se lo merece. - dije tomando las bolsas.
Viejrcita: - Muchas gracias, joven. - yo le sonreí y salí de ese supermercado.

Mi hermano y yo conocemos a esta señora, por todas las veces que nos ha empacado las cosas, cuando venimos de compra a este supermercado. Es una señora muy amable y alegre, la queremos mucho y le hemos propuesto que ya no trabaje, que nosotros la ayudaremos, pero nunca acepta. La queremos ayudar porque ya está grande y sentimos aprecio por ella, más Jan Carlo, pues debido a que hace mucho tiempo no tenemos una figura en nuestra vida, que nos demuestre cariño, Jan ve a esta anciana como su abuela, y esta anciana lo consiente mucho.

"Te recuerdo" - Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora