"¿Cómo lo supiste?"
Es una pregunta que siempre escucho, por parte de amigos, de familiares, e incluso de ti.
Creo que podría contar miles de historias, miles de recuerdos... Miles de veces, en la que supe que eras y siempre serías tú. Pero me voy a limitar a decir la verdad, lo supe desde el momento que nuestras manos se encontraron esa tarde de otoño.
Probablemente no te acuerdes, ya que sucedió hace 10 años y, verdaderamente, no fue un día fuera de lo normal, aunque para mí todos los días a tu lado son especiales. Llevábamos unas semanas viéndonos a escondidas, no porque fuese un secreto, ni porque alguien nos lo hubiese prohibido; simplemente disfrutábamos de las escapadas nocturnas buscando la compañía del otro.
Ese día quedamos en vernos donde siempre, a las siete de la tarde. Nuestro lugar de encuentros era mi sitio favorito y, ya no sólo por estar contigo, sino que el paisaje de la ciudad desde ese mirador era asombroso. Recuerdo cuando lo descubrimos de casualidad, estábamos corriendo como dos niños, riéndonos y compartiendo miradas dulces, cuando paraste de golpe al ver el sitio. Nos quedamos sorprendidos al ver que no había nadie, ni señales de que alguien lo haya visitado en un largo tiempo; así que con una simple mirada acordamos que, a partir de ese momento, ese seria nuestro lugar.
Las horas pasaban con normalidad, pero para mí iban más lentas de lo habitual; aunque, también es que me moría de ganas de verte. Creo que esa fue la primera señal.
Llegó ya el momento de verte y, no podía dejar de sonreír durante todo el camino. Tenía muchas cosas que contarte sobre mi día, y estaba deseando escuchar sobre el tuyo. Segunda señal.
Pero no fue hasta adentrada nuestra conversación, que me di cuenta. Estaba anocheciendo y las estrellas se iban asomando poco a poco por el cielo, regalándonos una vista increíble. Miré de reojo cómo las mirabas embobado, una linda sonrisa asomando por la comisura de tus labios que me hizo sonreír instantáneamente. Parecías un niño pequeño viendo por primera vez las estrellas.
Cuando decidiste que ya las habías admirado lo suficiente, te volviste a mí y susurraste un "te adoro" mientras me regalabas un pequeño beso. Nos separamos y nos miramos fijamente, sin decir nada, pero a la vez diciéndonos todo. Sonreíste y volviste a hablar sobre tu día; sobre el gran desayuno que tu mamá te preparó; sobre cómo tuviste que ayudar a tu hermano con su tarea, a pesar de tú no entender nada tampoco; sobre cómo casi te duermes en clase de economía porque odiabas esa asignatura; sobre cómo casi te quemas cocinando, pero que al final te salió deliciosa la comida; sobre un montón de cosas. ¿Y yo? No podía dejar de mirarte.
Aproveché tu concentración hablando, para coger tu mano y unirla con la mía, dando pequeñas caricias con el dedo pulgar. Seguía escuchándote, cuando me di cuenta.
Me di cuenta que eso, que nosotros, que esa comodidad y tranquilidad, era lo único que quería en mi vida.
Cuando nuestras manos se encontraron, supe que eras y siempre serías tú, Dean.
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¡Hola!
Si alguien está leyendo esto, espero que hayan disfrutado de mi historia y me gustaría saber qué piensan! (en los comentarios)
Creo que es conveniente presentarme. Soy Nana, un gusto! Hace años que no escribo algo (tenía una cuenta vieja que desactivé porque quería empezar de 0 *clown check*) y, a decir verdad, estoy muy contenta de cómo me ha quedado!
La idea de esta novela la saqué de un texto cortito que escribí hace tiempo, al leerlo recientemente pensé en que sería una buena idea para convertirlo en una historia corta, y acá está!
Espero que pasen un lindo día/tarde/noche, lindxs!
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when our hands met; destiel.
Fanfiction❝¿Cómo lo supiste?❞ AU | Relato corto de cuando Dean y Cass se enamoraron. Ningún personaje me pertenece, todo esto es ficción. June 2020 ┊© lovesickboys