Capitulo II

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Estaba lo suficientemente cansada como para dormir toda la tarde despues de la primer semana de clases.

Sango habia estado junto a ella en cada clase y se sentia bastante agusto. Y justo ahora no estaria tan cansada si no fuese por el hecho de tener que buscar empleo de medio tiempo para generar experiencia laboral antes de terminar la universidad.

Habia sido entrevistada en más de cinco lugares diferentes ese mismo día.

Vaya, estaba cansada.

Su celular sonó justo en el momento en que se dejo caer por completo en su cama. En verdad esperaba que fuese alguna respuesta a cualquiera de las entrevistas que habia tenido. -Señorita Higurashi, es un gusto.- Escuchó al otro lado de la línea. - Llamo de la Corporación Taisho. - La mujer al otro lado tomo una pausa.

-Si claro. - contestó.

- Nos gustaria que se presentara hoy mismo, si no hay inconveniente. - Dijo la mujer con un tono preocupado. - Al señor Taisho no le gusta esperar demasiado sobre este tipo de asuntos. ¿Podemos contar con su asistencia?.

Kagome se levanto rapidamente de la cama. -Por supuesto. - respondió mientras se acercaba al armario en busca de algo formal.

...

Eran pasado el atardecer cuando llego a las oficinas Taisho. Estaba abrumada y algo ansiosa, se adentro en el elevador y dejo salir un suspiro largo y cansado.

El reflejo de si misma le regreso la mirada desde uno de los costados. Se sentia linda vestida de aquella forma.

Cabello suelto pero bien arreglado, un flequillo ligero y recto. Ojos miel con gruesas pestañas. Sin base pero con labios rojos en degradado.
La blusa esmeralda de manga larga estilo princesa se ceñia sobre su cintura bajo la falda de vestir en tono negro opaco. Las medias, en tono negro translucido y las zapatillas de tacon bajo le daban un aire pulcro.

Apreto los documentos que llevaba en las manos pensativa. Realmente deseaba aquel empleo. Aunque aun no le explicaban del todo sobre el.

Sobre el piso 12 un hombre de cabello largo y oscuro abordo el elevador. Parecia realmente enojado.

Decidio hacerse a un lado ligeramente. Aun faltaban 5 pisos mas para llegar a su destino.

- Supongo que es la nueva asistente de Sesshomaru. - habló el hombre a su lado.

Kagome se estremeció  y lo observó con cautela. - ¿Sesshomaru? ¿Habla del señor Taisho?.

El hombre asintió. 

- Es un dictador. Dudo que logre permanecer aqui más de un mes. - comentó. - Pero en todo caso. Puede buscarme si eso sucede. Prometo darle un puesto digno de su belleza.

Kagome recibió la indirecta en aquella repugnante mirada escarlata.

El hombre le tendio una tarjeta de presentación y salio un piso antes que ella.

[ Naraku Onigumo. Socio Mayoritario ]

Sacudió la cabeza con repudió.  Aquel hombre no le daba buena espina. Y si su instinto no fallaba, era hanyoū.
                               

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- Va a adorarla. Es preciosa y luce perfectamente acorde a usted. Seguro se vera estupenda a su lado durante cada junta. - Dijo Rin.

Sesshomaru levanto una ceja mientras sostenia el telefono contra su oido.  - No pedi que buscaras a alguien que adorne o complemente mi vestuario. Ordeno eficacia y total obediencia.

Rin suspiro al otro lado de la linea. -Es una mujer inteligente, es menor que yo por unos cuantos años pero pasó con honores cada prueba en la entrevista. Y antes de que diga algo, lord Sesshomaru. No puede despedirla antes del año.

Sesshomaru observo el cuadro recargado en la pared gris frente a el. Rin habia contratado a la nueva asistente con una aseguranza de un año.

El era honorable. Pero eso era jugar sucio.

Gruño por lo bajo. Yakõ en su interior sonrio burlón.

- Bien.

La melodiosa risa de la mujer al otro lado de la linea le molestó.  Pero el olor fuera de su oficina lo distrajo por un momento. - Disfruta el período de libre albedrio mujer. - Y colgó.

...

Kagome estaba nerviosa cuando llegó al piso de quien seria su próximo jefe. Solto un suspiró y acomodo su cabello por novena vez desde la entrada del pasillo que conectaba el elevador con la entrada de aquella oficina.

Escucho pasos y quedo estatica.

Aclaro la garganta y observo el lugar vacio en donde suponia debia haber una secretaria.

La puerta se abrió y por un breve momento la respiración se le corto.

- He de suponer que es usted la nueva asistente de la que habló Rin. - Dijo el hombre de pie frente a ella.

Kagome asintió. - Kagome Higurashi.

Sesshomaru volvió a tomar asciento frente a su escritorio.  - Una mikõ. - Comenzó. - No es común ver trabajar a una sacerdotisa entre demonios.

Kagome lo miró curiosa. -¿Mikõ? ¿Sabe usted que provengo de un templo? Lamento informarle que no he recibido entrenamiento como sacerdotisa.  He mantenido mis estudios academicos como prioridad, si es lo que le preocupa.

- Cautela, simplemente. - Contestó.

Señalo un escritorio al fondo de la oficina. Distinto al que usaba su subordinado. - Puede proceder con las actividades. Espero eficacia.

Ella asintió y entrego los documentos que llevaba en manos.

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