Mediados de agosto.

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La segunda vez que me hablaste teníamos 16 años éramos los de nuevo ingreso, estábamos en la parada para tomar el autobús  y me preguntaste  que si te podía prestar dinero, te contesté que no tenía, más que para mi pasaje, solo me sonreíste encendiste tu cigarrillo,  me diste las gracias y te fuiste con un paso lento pero elegante como si una pantera caminara. Sentí vértigo en los pies y en las manos sentí alegre, pero también me sentí confundido al verte fumar eso eras tan pequeña. El olor me mareo, para cuando llegue a mi casa tenia fiebre.

Gato-negro.

SkyfallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora