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9:3O am

el receso del primer periodo por fin había llegado y seungmin pensó que era el momento indicado para ir a visitar a su hyung favorito.

se despidió con una pequeña sonrisa de su amigo argumentando que iría al baño y que no era necesaria su compañía, que aquel viaje no sería demasiado largo.

sin que las personas se dieran cuenta -o trato de- saco con cuidado aquel papel que contenía sus más puros sentimientos, guardandola debajo de su chaqueta se encaminó hacia la salida de aquella sala. según sabía el salón de minho se encontraba en el edificio continuo, en el tercer piso: esas serían muchas escaleras para sus débiles piernas.

mientras más se acercaba a su destino, más nervioso se sentía; sus manos sudaban de más haciéndolo frotarlas contra su pantalón constantemente, sentía su garganta seca y ni hablar de su constante palpitar, parecía que sufriría un ataque de taquicardia.

pisaba cada escalón cuidadosamente además de tomar con mucha más fuerza de la necesaria aquel barandal, sentía que con cada paso que daba, más se debilitaban sus piernas y tenía miedo a caer por ello.

el salón de su mayor se encontraba doblando la esquina y eso solo hizo que sus nervios aumentaran aún más y comenzará a sentir cosas que ni siquiera sabía que existieran.

a lo lejos se escuchaba ruido y ahora que se encontraba a unos pasos del salón se pudo dar cuenta de que se trataban de gritos de chicas.

estando en la puerta confirmo aún más su pensamiento, efectivamente eran gritos. nadie se dio cuenta de su presencia -o eso pensaba- y buscó con la mirada el asiento del pelinegro -conocía su mochila, por lo que podría saber rápidamente cuál era su puesto-. feliz de haber encontrado aquella mochila estaba dispuesto a comenzar a caminar con una sonrisa en su rostro sin embargo cambio de idea al darse cuenta de todas las cosas que se encontraban encima de la mesa; cartas, corazones, chocolates y bombones era lo que más resaltaba.

sintió sus ojos picar advirtiéndole que dentro de poco comenzaría a llorar, por lo que dio media vuelta en su lugar sorprendiendose al chocar con un cuerpo mas no prestó atención a quién era corriendo alejándose de aquel salón, aún con la carta en sus manos.

san valentinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora