OO5

1.8K 270 28
                                    

el desconocido al percatarse de quién era y la situación de éste comenzó a correr detrás de aquella persona, buscando saber qué es lo que pasaba con él y porqué corría de ese modo.

llevaba cerca de diez minutos corriendo detrás de el castaño hasta que lo perdió, disminuyo la velocidad a pasar de estar corriendo a estar caminando y mientras lo hacía miraba hacia todas direcciones.

estaba a punto de darse por vencido y esperar a que terminará la jornada escolar para ir a visitarlo a su casa y resolver sus dudas, escucho unos sollozos ahogados, como si alguien estuviera tratando de retener sus llantos mordiendo alguna tela o tapándose con la boca.

se guio por aquel peculiar sonido encontrándose en aquel gran jardín de la institución: sorprendentemente no había ningún alumno, ni siquiera por estar en medio de un receso.

camino, acercándose cada vez más al dueño de aquellos sollozos. cuando estuvo lo suficiente cerca, lo que vio, hizo que su corazón de oprimiera. el castañito tenía sus piernas pegadas al pecho con la cabeza entre éstas y sus brazos alrededor de sus extremidades inferiores y una de sus manos sosteniendo un papel que parecía ser una carta.

se acerco silenciosamente esperando no asustar al chico.

-¿seungminnie?- pregunto tranquilamente tratando de transmitirla al más joven.

seungmin, al reconocer esa voz, comenzó a sollozar aún más fuerte, alarmando al mayor.

-¿qué es lo que sucedió?
-nada, déjeme en paz, hyung-  hablo por primera vez con la voz
-estás llorando
-no me había dado cuenta, gracias- el sarcasmo en su voz era claramente reconocible.
—tampoco es para que me hables de esa manera— regañó el mayor.
—lo siento, hyung
—¿me dirás qué fue lo qué pasó?
—hyung...— titubeó el más pequeño, no pensaba contarle lo que había pasado.
—por favor, minnie. Sé que no nos llevamos bien, pero me importas.

seungmin suspiró, quería evitar contar el suceso y con ello evitar los problemas que eso traería.

—no nos moveremos de aquí hasta que me cuentes porqué estás llorando— volvió a regañar, esta vez tratando de soñar menos duro ya hacer que el chico hablara.
—hay alguien... que me gusta
—¿y cuál es el problema? si no quieres hablar con ella, puedes simplemente mandarle una carta— sugirió el pelinegro.

como respuesta, por parte de seungmin, recibió aquel papel doblado estratégicamente y sin decir algo más volvió a esconder su rostro entre sus piernas.

el mayor recibió la carta sin saber qué hacer, pensando en que debería ir a entregárselo a alguna chica comenzó a ponerse de pie, hasta que la voz de seungmin lo detuvo.

—es para usted, minho hyung— esta vez, el más joven no se escondió sino que se levantó y observó a su mayor directamente a los ojos.

minho simplemente observó a seungmin sin saber qué hacer o decir.

san valentinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora