De camino a casa en el auto de mi padre, no fui capaz de decir nada, con suerte sentía el ruido de mi respiración y el tacto de mis lágrimas mientras caían por mis mejillas.
Mi padre estaciona el auto, y baja para poder ir a abrirme la puerta por fuera, me demoro en bajar pero lo hago por inercia. Voy caminando por la larga entrada que tiene nuestra casa y escucho desde un poco más atrás a mi padre
—No quiero que le digas nada a tu madre, fue algo del momento y no volverá a pasar— me lo dice en un tono imperativo, lo que me da mucha rabia porque como es posible que puede hacerle eso a mi madre tiempo después de que muriera la abuela, ha pasado por mucho y aún así apoya a mi padre en todo, y aún así el le hace esto...
— eres increíble, realmente eres una mierda papá, nunca me lo imaginé, no pienses que te haré caso, mamá sabrá todo y ahora mismo iré a contárselo— cuando estoy por girar la perilla de la puerta una fuerza que me sostiene del brazo izquierdo me tira hacia atrás, era mi padre
—¡Si le dices le harás más daño, no creo que ninguna hija querría hacerle daño a su madre!!—
—¡¿que yo le haré daño!?... ¡¿ahh?!, el único que ha hecho daño a esta familia eres tú con tu aventura de mierda, ¡¿cómo es que una de las dos personas que más amo en el mundo me pueda hacer este daño?!, de todos los hombres que he conocido pensé que eras el único leal, pero al final... ¡eres la misma mierda!, ¡¡no mereces a mamá!!— digo mientras caen y caen las lagrimas, y duele como el infierno el nudo en la garganta, más los gritos, y la vergüenza que siento al darme cuenta de que estamos en el jardín y todos los vecinos nos oyen.
De un momento a otro escucho el sonido de las llaves desde dentro de la casa y veo como se gira lentamente la manilla, era mi madre
—¿que pasa aquí Michael?— dice con la mirada rota mi madre, llena de miedo y preocupación. Al verla tan linda con su pelo color miel, con su blusa blanca favorita, sus jeans negros y sus tacones, viendo que es tremenda mujer, la mejor madre del mundo... no aguanto la pena y salgo corriendo, sin rumbo...
—¡¡MADELINNE VUELVE INMEDIATAMENTE!!— gritaba mi padre..Luego de correr por varios minutos llego a parques desconocidos, oscuros a estas horas de la noche eran las 1:00 a.m y comenzaba a hacer frío, sentía como se cristalizaban mis lagrimas y como se me apretaba la garganta.
A lo lejos veía dos figuras conocidas, eran Nate y Thomas, eran un año de universidad mayor que yo... no teñimos muy buena relación así que me traslado hacia la otra parte de la calle.
—¡No pienses que no te vimos!— oigo lo que dicen, lo que hace que camine más rápido... pero caminan hacia mi y me alcanzan
—Mira nada más Thomas, saluda a la perra que no quiso hacerlo contigo— dice Nate
—Oh pero ¿si no es la misma que te rechazo y después se la chupo a tu hermano?— dice Thomas en forma de burla, los dos me rodeaban
—¿por qué tan solita Ma-die? Dice Nate mientras tocaba mi cabello. Nate era muy alto, de cabello negro y unos ojos verdes intensos, iba con una sudadera verde y unos jeans y unas zapatillas Nike, y Thomas, era un rubio, medianamente alto de ojos color miel e iba con el buzo de la universidad.
—Ya déjenme par de imbeciles, no piensen que los tomaré en cuenta— digo empujándolos para poder seguir caminando... cuando siento que Thomas me agarra y me tira hacia el, súper cerca de su rostro mientras me sostiene del cuello. Estoy temblando y no sé qué pensar.
—si que eres una perra mal agradecida— dice Nate cuando me toma de las mejillas fuertemente. Logró reaccionar y le pegó una fuerte patada en la entrepierna y me da tiempo para correr, pero Thomas me alcanza y me golpea, llevándome a la parte más oscura del parque junto a Nate
— ahora si que tendrás tu merecido zorra engreida— dice Thomas mientras se desabrocha el pantalón, mientras estoy en el pasto, llorando
—Nate acercármela, — dice sacando su miembro de su ropa interior, intento pelear con la fuerza de Nate pero, me gana y Thomas ya tenía su miembro en mi garganta, me duele y las lagrimas empiezan a salir, luego de unos minutos así Nate dice
—Me toca, pásamela— riéndose me toma del pelo y me pone contra un arbusto, baja mis shorts, que me compro mi madre en las canciones pasadas, mientras el me penetraba, para disimular el dolor, pensaba en los momentos con mi madre, los abrazos y me rindo a seguir peleando contra ellos, si fuerza es superior y yo solo era la chica que iba caminando sola en la oscuridad...
Cuando terminan los dos de violentarme, se abrochan los jeans y se largan dejándome ahí indefensa, en un parque, llena de lagrimas y miedo, tiritando me pongo mi ropa y me acurruco en una esquina del parque, me quedo dormida ahí llorando, intentando olvidar lo que acababa de pasarme.
Ya de mañana siento que alguien me mueve desesperadamente y me acaricia la cabeza, era mi madre, llena de lagrimas
—¿mi niña, hija, que te ha pasado?— dice horrorizada —mi pequeña respóndeme— dice aún más preocupada al ver el moretón que tengo en mi pierna, no reacciono a hacer otra cosa más que lanzarme a abrazarla y llorar como nunca lo había hecho... mi madre es lo más lindo que tengo y tendré en esta vida...
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improvisacion del amor
RomanceMadelinne Hoffman, es una chica universitaria de 21 años, excelente alumna, pero también una chica muy rebelde, no desperdicia ninguna oportunidad de vivir la vida al máximo. Es una chica popular, adinerada, con el mejor dúo de amigas, además de pas...