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Brooklyn Reed's POV
Me paré frente a mi espejo tratando de elegir un traje para el día. Tenía que ser algo bonito e informal por lo que no debería verse como si estuviera tratando de impresionar a Quinton, que era exactamente mi propósito.
—¡Blake!¡Ven aquí! —grité desde mi habitación. En menos de un minuto, mi hermano estaba de pie en la puerta.
—¿Qué necesitas hermana?
—¿Crees que esto es demasiado? —le pregunté al levantar un vestido floral y un par de sandalias.
—Depende de para qué —se cruzó de brazos y se apoyó en el marco de la puerta.
—Quinton me invitó a una cita después de la escuela, pero no quiero parecer demasiado desesperada por impresionarle —expliqué, poniendo el vestido de nuevo en mi armario. Más que un armario era como otra pequeña habitación que contenía toda la ropa, ordenada por el color y la temporada.
—Elijé los pitillos con la chaqueta rosa fuerte.
—Y las bombas de color rosa —añadí sonriéndole—. Oh Blake, ¿qué haría yo sin ti?
Él se rió y se dio la vuelta para marcharse, pero lo detuve. —Gracias —dije abrazándolo y besando su mejilla con sinceridad.
—De nada —él me devolvió la sonrisa.
Antes de que preguntes, no, mi hermano no es gay. Él sólo tiene un sentido de la moda increíble, así que siempre le pido ayuda cuando no sé qué ponerme.
Me puse el traje y sonreí ante el resultado. Increíble.
* * *
Yo estaba en mi hora libre con Addison en las grandes escaleras de mármol que pertenecieron al edificio en frente de la escuela, cavando en mi helado de fresa.
—Entonces, ¿no me vas a decir al respecto? Sólo escuché la versión de Cynthia —ella habló a través de sus gafas blancas después de unos minutos de silencio.
—¿Qué te dijo? —le pregunté, sin saber si quería saber la respuesta o no.
—Ella dijo que fuiste a Bronx para dejar al amigo de tu hermano en su casa y que había un grupo de chicos que asustan hasta a la mierda.
—Entonces ella te dijo la verdad —dije mirando con tristeza a mi vacía taza de helado.
—Entonces eso es muy decepcionante —ella apoyó la cabeza en las manos, el pelo castaño claro, que apenas le llegaba a los hombros, cubriéndolo ahora.
—Bueno, lo siento, no me violaron, robaron y mataron —exclamé riendo.
—Sabes que yo no lo digo de esa manera. Me esperaba que hubieras encontrado a un chico moreno caliente— ella se rió, moviendo las cejas.
