Una Cena Laboral.

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Gracias por sus comentarios, sus votos y todo eso je, je, je, les agradezco infinitamente su apoyo para seguir con esta historia :) bueno pues espero que les guste como se sigue desarrollando 



El animal le dio un lengüetazo a la castaña haciendo sonreír a Maddie, que se acercó con cuidado, poso la mano sobre la de Karlie que le indicaba como hacer las cosas, Taylor dio un leve salto retuvo la respiración aún más que antes para caminar un poco más cerca lista por si tenía que alejarlas, el animal lamió la mano de Maddie que reía por la sensación, haciendo a su madre sonreír.

— ¡Mira mami! – Exclamó.

— Eso veo amor, con cuidado por favor, no seas brusca o algo.

— No mami ¿me tomas una foto? Quiero un álbum como el de Karlie.

— Ok.

Sacó su móvil con sus manos temblorosas, ver a su hija con su pequeño brazo metido entre los enormes barrotes de la jaula del animal siendo lamida o dejando que lo acariciaran le ponía de nervios.

— Si quiere yo la tomo – Se ofreció Camila.

— Gracias – Le tendió el móvil.

Kara no quiso más que una vez, le dio una sensación extraña la lengua del felino así que no quería acercarse más, regresando a donde Taylor y tendiéndole la mano, que la tomó con una sonrisa.

— ¿Te gustó? – Preguntó.

— Se siente rasposa, es raro – Se encogió de hombros.

— Está bien, no te preocupes – Le sonrió.

— ¿Puedes abrir Karla? – Preguntó Karlie.

— Se-seguro doctora.

— Karlie – Llamó Taylor.

— Tranquila mamá – Se acercó a ella – Maddie irá en mis brazos y te prometo que no dejaré que nada le pase – Le tomó la cadera.

— Pero...

— No voy a fallarte mamá – Se inclinó – Maddie ahora es un poco mía también – Pegó su frente a la de Taylor.

— S-si – Expresó bajito.

— No pasara nada, lo juro – La beso.

Fue un beso rápido y fugaz haciendo a Maddie aplaudir con una sonrisa, eso no solía suceder, siempre era la que pedía que la alzara, que jugara con ella, que se fueran, que tenía sueño, daba mucha batalla o lloraba así que no podía disfrutar una cita, y si la dejaba en casa la niñera llamaba cada dos por tres porque no paraba el llanto y decía que algo le dolía, ahora era ella la que se la pasaba con Karlie y quería llevarla a todos lados, quería comprarle cosas, o siempre salía a la conversación, sin duda su hija estaba completamente enamorada de aquella doctora, y ahora no le quedaba duda de que quería ser como ella.

— Listo doctora – Escuchó a Camila.

— Gracias Karla ¿vienes? – La observó.

— Por supuesto doctora – Sonrió.

— ¿Tu cariño?

— Eh, no gracias aquí espero.

— ¿Tu Kara?

— No tía, me quedo con tía Taylor – Se encogió de hombros.

— De acuerdo.

Camila dejó la puerta casi cerrada, tenía el móvil de la rubia que seguía sacando fotos de la doctora con la niña en diferentes poses y formas, de pronto Karlie estaba encuclillas con una Maddie entre sus piernas, observando con fascinación al animal, que de pronto se acercó a ellas, las olfateo para lamerles el rostro haciendo que Maddie soltara una risita divertida, el animal se dejó caer de costado y actuaba como un gatito, su hija lo acaricio de la panza, la pata, la cabeza y la barbilla mientras el animal enorme ronroneaba, mientras la pasante seguía de camarógrafa mientras Maddie le pedía más y más fotos.

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