Capítulo 1: Infancia.

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-Os recomiendo poner "The Hills" de The Weeknd, o "Flesh" de Simón Curtis, si queréis entrar un poco más en contexto. ;)-

Él nació el 20 de Enero del año 1996, en Estados Unidos, California. Su madre se llamaba Brooke O'malley, y su padre John Stevens. El nombre del protagonista de esta historia es Mackenzie Stevens, aunque su madre, le llamaba Kenzie. Creció en una ciudad Californiana, San Francisco. Desde pequeño siempre tuvo conductas extrañas, conductas que normalmente un niño no debería tener. Cabe destacar que en realidad, el pequeño Kenzie no tenía una vida plena o feliz, como la mayoría de niños en los Estados Unidos. Los primeros 4 años de su vida fueron como las de cualquier niño con una buena familia. Sin embargo, al cumplir los 5 años, su padre quién era un mecánico y tenía su propio taller, cayó en el alcohol. Olvidé mencionar que ese taller fue realmente exitoso, por lo cual su salario alcanzaba perfectamente para permitirse lujos, comodidades y las demás cosas que su dura y ruda esposa le exigía.
Su esposa era una mujer que se fijaba más que nada en el dinero, en tener cosas caras de marca, vestidos y ropa a la moda, y además de eso, obtener una excelente posición social, la cual le brindaba su marido. Tampoco le prestaba mucha atención a Mackenzie, por lo tanto este niño hacía lo que fuera para obtener su atención. Desde cosas muy buenas, hasta cosas catastróficas. Era inteligente, observador, atento, incluso manipulador en cierto sentido. La mayoría de sus habilidades las aprendía mientras buscaba una manera de llamar la atención de su madre, incluso se lastimaba a sí mismo para intentar que su madre le diera importancia.
Su padre, casi nunca estaba en casa, pues siempre estaba en el taller fijándose que todo estuviera bien, o simplemente en un bar, y tampoco le prestaba atención a Mackenzie. El comportamiento de este chico comenzó a torcerse a muy temprana edad, desde el momento en el que se dio cuenta que no importaba lo que hiciera, le resultaba imposible llamar la atención de sus padres.
Mackenzie a menudo solía llorar a solas en su habitación, de la rabia, la impotencia que le daba sentir que no tenía una familia, o peor aún, tenerla y no sentirse parte de ella. Y así, Mackenzie conseguía muchos problemas en el colegio, sanciones, expulsiones, golpeaba a otros niños... Todo eso producto de la ira que tenía por dentro, que no podía desgastar con sus padres. Poco a poco fue creciendo en el mismo plan, cada vez reservaba más y más odio por su familia, más ganas de... ¿Matarla?

Mackenzie no sabía si sus deseos estaban bien. Cuando tenía ira contra su madre o su padre, su corazón se aceleraba, sentía su sangre caliente correr más rápido por sus venas, la adrenalina que sus intensos y sombríos pensamientos provocaban. Cada día intentaba buscar nuevas soluciones para calmarlas, pero por cada solución que buscaba, aparecían 3 o 4 pensamientos nuevos de cómo podría torturar a sus padres, por no haberles prestado atención y dejarlo literalmente solo, o simplemente librarse de él dándole dinero.
Esta fue la infancia de Mackenzie. Una infancia totalmente llena de odio, interés, superficialidad, escaso amor y dinero de sobra. Pero Mackenzie no quería dinero. Él quería tener amor.


El asesino que nunca amó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora