Ha pasado algo más de un mes desde la entrevista en Vodafone. Al contrario que en esa versión acústica improvisada de Lunes, donde era evidente el nerviosismo y la inseguridad por no haber ensayado apenas, ahora se nota el trabajo del poco tiempo que ha pasado. Nos hemos reunido con frecuencia, a veces para cantar, a veces para ensayar coreografías y otras pocas veces para hacer las dos cosas a la vez; a veces nos reunimos con los demás músicos en el estudio y otras veces por nuestra cuenta, en la casa de alguna de las tres.
Con respecto a mi relación con Rocío, ha cambiado menos de lo que cabría esperar. Sigue pareciéndome demasiado pronto para tomar decisiones importantes, y ninguna de las dos ha vuelto a mencionar fichas ni sentimientos explícitos, pero es evidente que no lo hemos olvidado. Se hace evidente, por ejemplo, en el contacto físico que tanto nos costaba establecer hasta hace nada. El tiempo y la costumbre han actuado por sí solos y ahora es mucho más fácil ponerle la mano en la espalda como quien no quiere la cosa cuando llego a donde está ella o apoyar la barbilla en su hombro en silencio cuando nos están explicando algo. Alguna vez, incluso me ha cogido de la mano, y estoy segura de que sabe lo rápido que me late el corazón cuando lo hace.
Además, ya se ha mudado a Madrid, al antiguo piso de Tamy. Esto también ha conseguido que pasemos más tiempo juntas, que yo use menos el coche por volver con ella en metro y que, alguna que otra vez, quedemos las dos sin que el trabajo tenga nada que ver. Por otra parte, estoy segura de que ella también queda y habla con Tamy como llevan haciendo todos estos años. Tamy debe de saber mucho más de lo que me cuenta, pero no se me ocurre preguntarle. A mí no me gustaría que ella le contara a Rocío todos los sentimientos de los que le he hablado desde que supo que había estado enamorada de ella.
Volviendo a lo que es el trabajo, agosto parece presentarse como un mes en el que vuelven a ser seguros algunos eventos musicales. En efecto, vamos a participar en uno: nos han llamado para un festival aquí en Madrid en el que participan muchos artistas y grupos, así que solo cantaremos los dos singles. Me vale: han pasado tantos meses desde la última vez que me subí a un escenario que tengo tantas ganas como nervios.
Esta vez sí que cojo el coche para ir al lugar donde se celebrará el evento. A Rocío la lleva Tamy, igual que cuando fuimos a la casa rural a principios de verano. Laura y el resto del equipo también van por su cuenta y se reúnen con nosotras ahí. Nuestros músicos y bailarines, sin embargo, no van. Al ser solo dos canciones, se ha decidido que no valía la pena hacerles venir, que nosotras podemos llenar el escenario. Tendremos la pista de cada canción de fondo, pero sin nuestras voces: mientras Rocío esté en el grupo ocupando el lugar de Sonia, nos podemos olvidar de hacer playback.
Hacemos la prueba de sonido con la misma ropa con la que salimos de casa y, en parte, agradezco que las medidas de seguridad mantengan a la gente tan lejos. Aunque, cuando veo a Laura grabándonos e intuyo que va a subir el vídeo a la historia de Instagram de la cuenta grupal, comprendo con un suspiro que las fans van a ver mis pintas igualmente.
A mitad de la tarde, Laura nos da a cada una la ropa que la estilista ha decidido. A Tamy le corresponde un body negro lencero y bastante escotado, cubierto por una falda plateada de flecos. Además, hace unos días se hizo las trenzas africanas y le están recogiendo parte de ellas en un moño alto. Está despampanante. Rocío llevará un top plateado sin mangas, de corte sencillo; unas medias de rejilla y una parte de abajo negra que le cubre más barriga que piernas.
Mi top es negro y mi prenda plateada es un mono prácticamente igual al que llevé en el videoclip de Me gusta: de manga corta y con cremallera que debo llevar abierta para que se vea el top. Bueno, también para no asarme de calor más de lo que ya me voy a asar. Por muy bien que me quede, no puedo evitar pensar que me ha tocado ser la pringada que se va a achicharrar con el sol de Madrid en agosto.
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El amor es el amor (Albocío)
ФанфикUna de las componentes de Sweet California se encuentra un poco... indispuesta. Y, si todo va bien, parece ser que seguirá siendo así durante, al menos, nueve meses. Las chicas no pueden faltar a sus propias palabras de cuatro años atrás: Sweet Cali...