No pude

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Narración-Siria


Agarré un hacha. Y si. Se la robé a Canadá. Reiterare que soy rebelde.

Apunte el arma y la acerque a su cuello.

El cerró sus ojos.

Impulse el arma para dar una ligera decapitación.

Intenté hacer el trabajo.

Darle chicharrón.

Pero.......

No pude. Mis manos temblaban. Era como si tuviera un hechizo en el cual no me podía acercar a el. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo.

No puedo dañarlo. 

Se bien que pasa....me encariñé. Por eso no me gustaba interuactar mucho con mis victimas. Es normal que pase si tienes un poco de corazón. 

Bajé el arma y la aleje de el. La aventé lejos, partiendo una silla en dos. Pobres arboles, tendré que buscar una manera de darles un uso a las rotas mitades. 

Caí de rodillas al piso, entre lagrimas. Jamas había llorado desde que vi a mi padre morir. 

Al ver que no lo mataba, Venezuela abrió sus ojos y se sentó en el piso a lado mio. Empezó a acariciar mi espalda para tratar de tranquilizarme.

-Todo fino, chamo?- preguntó con su tierna voz. Pero mi única respuesta eran sollozos. 

No pude hacer este trabajo que equivalía a muchos mas. Y si lo hacia, no podría aguantar con la carga. Me volvería loco!

E tomado una decisión. Y estoy firme en ella. No voy a hacer este trabajo. Se cancela el trato. No voy a matar a Venezuela. A el no.

Venezuela me tomó en sus brazos y me abrazó. Apoyé mi cabeza en su pecho mientras seguía llorando. El acariciaba mi espalda y me despeinaba con cariño.

Es cómodo estar aquí. 

El limpió las lagrimas de mi rostro, pero caían mas, así que resultaba inútil. Aun así, agradecía la acción.

Un lindo gesto.

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