7. Hogar.

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El silencio se había instalado en el local con una tensión palpable.

Una sensación de confusión y preocupación se había apoderado del sitio, mientras todos se miraban con cierto miedo en los ojos. Efectivamente, separarse había sido una mala idea aunque no pareciesen tener otra alternativa en el momento en el que lo habían hecho, y ahora sufrían enormemente las consecuencias de esa decisión. No podían encontrarse peor. ¿Qué se suponía que debían hacer o decir respecto a aquella nota? ¿Quién podría responder a las numerosas dudas que tenían? ¿Por qué el autor de esa carta se dirigía de una forma tan expresa hacia Rich? ¿Dónde estaban sus amigos? Numerosas preguntas para las que no tenían respuesta invadían sus mentes.

Nadie se atrevía a decir nada hasta que el ladrido de Doggo les sacó de ese trance en el que se encontraban por el impacto del momento. Vandal se agachó junto a él para acariciar tiernamente su cabeza antes de dirigirse a sus amigos. 

— Tenemos que pensar en algo, ¿creéis que nos estarán vigilando ahora o algo así sean quienes sean estas personas?

Ninguno podía darle la respuesta que quería porque no la tenían, pero debían sacar conclusiones, por muy precipitadas que fuesen, no les quedaba otra opción que hacerlo para poder reaccionar de algún modo.

— ¿Probablemente? —respondió Rich— Si lo están haciendo... deberíamos responder, ¿no es así?

Todos se miraron con confusión y algo de temor a partes iguales, la preocupación y el agobio que sentían eran más que evidentes. Querían recuperar a sus amigos a toda costa pues, en esos momentos tan cruciales de la vida que les había tocado vivir, ellos siete se habían convertido en la única familia que les quedaba y querían protegerse los unos a los otros ante todo, perder a algún miembro del grupo era totalmente impensable, no entraba en sus planes y no lo haría. Por muy pocas esperanzas, por mucho miedo que tuviesen, permanecerían al pie del cañón, dispuestos a luchar hasta el final por su supervivencia y por salir adelante juntos, en busca de esas respuestas que tanto querían encontrar. Las miradas que se dirigían, lo decían todo, eran demasiados años siendo amigos la mayoría como para no entenderse con ese tipo de gestos. Efectivamente, tenían que responder y fue Rich, al cual parecía ir dirigida la carta, quien habló al aire, procurando que no le temblase la voz. 

— Jugaremos. No queremos que les pase nada a nuestros amigos —no sabía a quién se estaba dirigiendo concretamente. Miró hacia varios lados por si acaso, aunque no ver a nadie le hacía sentir un tanto trastornado, como si hablase con las paredes—. ¿Qué tenemos que hacer?

La pregunta sí fue algo temblorosa, con bastante duda e inseguridad, se quedó en un pequeño hilo de voz, acariciando el aire que les rodeaba. De alguna forma, fue terminar de hablar y obtener una respuesta más que certera que casi parecía una clara indirecta. 

Oyeron un sonido airoso, como si de un globo inflándose se tratase y, cuando quisieron girarse para comprobar de donde provenía, lo vieron, un Creeper estaba en la entrada y a punto de estallar junto a su posición. Fue como si el tiempo se detuviese en ese preciso instante aunque en realidad apenas tuviesen tiempo de reaccionar. Su primer impulso, por supuesto, fue el de alejarse al instante, corriendo hacia el interior de la farmacia y escondiéndose tras el mostrador de aquel lugar que habían transformado en su base desde hacía ya varias horas aunque a su percepción les pareciese siglos. El monstruo verdoso terminó de explotar, haciendo estallar todo a su alrededor, cristales, trozos de madera, algunas cajas... todo lo que se encontraba a un par de metros de distancia de la criatura, salió disparado por los aires generando bastante destrozo. Por suerte para ellos, el mostrador fue más que suficiente para retener el impacto y, las únicas heridas que recibieron fueron pequeñas, las de diminutos cristales que llegaron a rozar sus pieles o, alguna que otra astilla que se les clavó en sus manos al tener que levantarse a comprobar los daños. Casi que preferían no haber tenido que hacerlo, porque se dieron cuenta horrorizados de que su refugio ya no era en absoluto seguro. La puerta estaba completamente destrozada, lo que significaba que cualquier hostilidad que quisiera ir a por ellos, podía hacerlo fácilmente, entrar en la farmacia era demasiado fácil. Y acabar con sus vidas casi que también.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

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