XIII.- Elección Difícil

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Stiles

Maldito Evan.

Me duele todo el cuerpo, lo último que recuerdo es a Derek, sus fuertes y cálidos brazos, su voz llena de preocupación.

Abrí los ojos observando un techo blanco, la luz me lastimó por lo que abrí y cerré los ojos varias veces hasta poder acostumbrarme a la luz.

- ¿Stiles? - escuche una voz a lo lejos

Al abrir mis ojos por completo el rostro de Theo apreció frente a mi, esa estúpida sonrisa es lo primero que veo.

- Quita tu cara de mi - le dije a lo que él rió ayudándome a quedar sentado, me sostuve mi costado con fuerza, tenía una venda cubriéndolo, estoy seguro que ese maldito me rompió más de una costilla

- Te ves fatal - me dijo divertido

- La próxima tu vas con Evan para que te golpee y abra como regalo de cumpleaños

Breaden entró a la habitación, al verme esbozó un gran sonrisa.

- Es bueno verte despierto, nos tenías muy preocupados. El doctor dijo que estabas desnutrido, tres costillas rotas, el hombro dislocado, una contusión y cortes por todo tu cuerpo junto con hematomas - explicó sentándose en la cama

- Lo último que recuerdo es a Derek, ¿qué ocurrió? - pregunté de manera seria, tengo un mal presentimiento

Theo suspiró frustrado y molesto, incluso yo puedo ver su molestia sin tener mis sentidos súper desarrollados además de que conozco a Theo, algo no salió bien.

- Evan logró escapar, cuando Derek te saco nos desconcentramos lo que provocó que escapara. Salió de Beacon Hills, podría estar en cualquier lugar

Ese maldito bastardo logró escapar, tengo que admitirlo es bastante listo y astuto. Ahora que lo recuerdo él me dijo que era una chispa, que mi madre biológica era una bruja. Necesito aprender a controlar el poder en mi, ahora entiendo porque siempre sentí simpatía y una extraña conexión con lo sobrenatural, después de todo soy uno de ellos.

- Por cierto, les tuvimos que contar a la manada la verdad - me dijo Theo

¿¡QUÉ!? Es lo único que pedí que no hicieran pero debo de tranquilizarme, tenía que saberlo en cuanto descubrieron que Evan era el que me tenía. No puedo enojarme con ellos.

- ¿Qué dijeron? - pregunté cerrando mis ojos para mantenerme tranquilo

- Stiles te dije que ellos te aceptarían, ellos te consideran como manada, Derek lo dejó en claro además de que todos están ansioso por verte - dijo Breaden

Esbocé una sonrisa, ellos siempre con su gran corazón. Yo soy un monstruo, no merezco su amor y cariño, he hecho demasiadas cosas horribles.

- Así son ellos - dije abriendo mis ojos

- ¿Quieres que les digamos que entren?

- Hoy no, me gustaría descansar más, diles que vayan a casa y descansen. Ya los veré mañana, ustedes también vayan - les dije tranquilo

- ¿Seguro? - me preguntó Theo frunciendo el ceño

Asentí con una sonrisa en mi rostro. Breaden se acercó a mí depositando un beso en mi frente mientras que Theo revolvió mi cabello. Ambos salieron de la habitación dejándome solo.

Suspiré levantándome tomando mi ropa que estaba en una mochila en una silla, entré al baño quitándome la bata del hospital cambiándome.

Todo mi cuerpo está cubierto de vendas y alguna que otra gasa, me duele estar de pie pero no tengo mucho tiempo. Tome una libreta que estaba en el cajón del mueble de al lado de la cama escribiendo dos cartas; las dejé sobre la cama.

Debo de irme de Beacon Hills, tengo que encontrar a Evan y tratar de limpiar mi nombre para poder ser parte de esta grandiosa manada.

Salí sin que nadie me notara para ir a casa, para mi fortuna al parecer Breaden y Theo está con la manada así que tomé unas cuantas cosas junto con mis armas y mi motocicleta para partir del pueblo.

Adiós chicos, adiós Derek. 


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