El Harem de Tarble

+18

PD: No tiene sentido que ponga una advertencia de +18 si yo tengo 17 aun v:

"Querido diario:

Ser un príncipe no es nada fácil, en especial cuando tu raza es guerrera por naturaleza ¡¡Y tú no puedes pelear!! Me siento tan inútil, mi escuadrón es de guerreros excelentes y por orgullo tengo que pelear, pero me duele tener que matar a seres inocentes y luego vender su planeta, no me siento cómodo haciendo esto, pero ya que, soy un Saiyajin y a este estilo de vida estoy condenado."

Solo muy pocos conocían la existencia de aquel diario secreto que el menor de la realeza guardaba en sus aposentos, era su más grande tesoro debido a que en él guardaba información valiosa que relataba los más íntimos secretos del príncipe así como sus más profundos sentimientos.

Gure: ¿Otra vez escribiendo?

Su única amiga, una Saiyan no muy fuerte pero muy decidida, su cabello era de color negro y pasaría desapercibida ante las demás de no ser porque su cola era de  color blanco, un rasgo único de ella; era la única que conocía de los secretos del más joven.

Tarble: No es como que pudiera hablar de esto con alguien que no seas tú y ese alguien lo tome en cuenta.

Gure: ¿Qué dijo tu madre?

Tarble: "Es tu obligación como príncipe ser parte del campo de batalla y conquistar planetas" – dijo textualmente las palabras de quien le dio la vida – De todas maneras no es como que pudiera hacer mucho, mi padre es el rey y es él quien toma las decisiones, solo, me gustaría que no se sintiera decepcionado de mí.

Gure: Eres un Saiyajin con otro estilo de pensar, pero eso no te hace valer menos.

Una sonrisa se dibujó en el pequeño príncipe, Gure era su única amiga aparte de su madre, y sólo ella conocía su secreto.

En el palacio, diariamente se turnaban un grupo de Saiyajines para salvaguardar la seguridad de la familia real, entre ellos se destacaban 3 soldados "de clase baja". El mayor de ellos tenía la importante misión de velar por la seguridad del rey y la reina, mientras que los hijos de este vigilaban con cautela a ambos príncipes. Aunque tal vez no venían de una familia reconocida, ante los ojos del Rey Vegeta ellos 3 eran los únicos dignos para cuidar de él y su familia, o probablemente también habría otra razón...

El segundo mayor se encontraba fuera de los aposentos del príncipe menor custodiando que nadie que no fuera llamado por él entrase.

Tarble: Guapo ¿No? – dijo viendo al soldado por debajo de la puerta.

Gure: Si tú lo dices.

Tarble: Es hermoso – suspiró como enamorado de su soldado protector.

Su mejor amiga solo rió ante él, su rostro sonrojado, una mirada perdida y una cola muy inquieta le pareció una escena graciosa.

Gure: Bien pequeño enamorado, ya hay que ir a dormir.

Tarble: Tienes razón, espero que algún día pueda estar con él y no tenga que espiarlo bajo la puerta.

Gure: Ese día quizá llegue más pronto de lo que crees – susurró para sí misma la de cola blanca.

Tarble: ¿Dijiste algo?

Gure: Nop, nada, descansa.

Tarble: Tú igual.

Antes de acostarse, la pequeña buscaba con urgencia un calendario, había algo que necesitaba saber.

Gure: ¡Bingo! – exclamó al encontrar dicho objeto. – La luna de hoy ha de brillar con intensidad para quienes hayan nacido bajo la luz de la estrella 21 de la décima Luna, eso solo significa... Un Radble asegurado – sonrió ante tal posibilidad.