Tu dolor y mi felicidad

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No podía creer que ahora podría darle a Vegetta lo que necesitaba sin preocuparme de dejarlo embarazado. La verdad habían sido tres días cansados lidiando con varias cosas como: Sobrellevar mi operación, ver a Casey y a nuestros pequeños o tener que ver como mi esposo luchaba por soltarse en vano.

-Te estas lastimando- Le digo con enojo

-¿De quién será la culpa? ¡Claro! Del Bastardo Marica que me encerró aquí.

-Si pudiera ya te habría dado una cachetada por grosero

-Inténtalo imbécil debilucho

Lo mire para ver que me sonreía con sus colmillos para escuchar la puerta abrirse y revelar al Rey que se acerca a Vegetta viéndolo.

-¿Cambió su carácter?

-No, pero no te lo lleves.

-Sabes bien lo que dije-Se acerca a mi esposo desatando la cadena que lo mantenía a la pared empezando arrastrarlo fuera del cuarto -. Se irá a la cárcel

-Espera- Le digo para acercarme -. Déjalo aquí un poco mas, por favor y te daré lo que quieras

-¿Lo que quieres? – Me pregunta con cierta sorpresa

-Lo que sea, solo déjalo por favor.

El Rey ya no me dice nada para ver cómo regresaba a la pared y sin más vuelve a encadenar a mi esposo que se para enojado para sentir la supremacía del otro y automáticamente me encogí, para mi sorpresa escuche que Vegetta le gritaba:

-¡Aléjate de mi esposo!

Mire a Vegetta para notar sus ojos morados y que gruñía con fuerza para acercarme besando su frente para alejarme e irme con el Rey. El otro solo me ve para salir de la sala dejándome con mi esposo a solas.

-Creí que me amabas- Me dice con la voz ahogada

-Te amo y por eso le pedí eso al Rey, por ti.

-¡No! Solo me estas usando

-¿YO? Eres tu el que me trata como una basura por tu mitad malvada y me dices eso. Mejor te hubiera dejado que te llevara.

-¡Lárgate!

Mire a Vegetta que de la nada se jala hacia mi y me golpea con su cola en mi abdomen tumbandome para notar la fuerza que tenía sobre mí.

-Si vienes con la marca del otro, date por muerto- Me dice viendo sus ojos rojos como rubíes resplandecientes

Me levanté para salir del cuarto escuchando como la puerta se cerraba detrás de mí y aparecía el Rey que me veía con bastante autoridad para darme cuenta de que ahora estaba a su merced.

-Sígueme- Me dice con gravedad

Empezó a caminar por el pasillo para llegar a un cuarto donde me hace pasar y el entro igual, un escalofrío me recorrió el cuerpo para ver que el Rey se me acercó para empezar a agarrarme. Me beso el cuello y sin más me sonrojo: Era de apariencia a mi esposo pero con una personalidad diferente.

-Te voy a dar un poco de mi amor y con eso tu esposo se quedara más tiempo- Me susurra al oído para sentir que me lo lamia a lo que me dio un escalofrío.

-V-vale- Le respondo para ver solo oscuridad

Sentí el tirón de la tela en mi cabeza para sentirme a merced del Rey antes de ser tumbado a un lugar donde me atan las manos y me sientan. No me defendía pero mi instinto me decía que lo hiciera pues estaba con un extraño que me quería hacer el amor. Empecé a sentir como frotaba mi entrepierna causándome un dolor agudo ya que aun estaba en recuperación pero no me queje, poco a poco mi "amiguito" cobraba vida y el otro parecía notarlo porque me bajó el pantalón y lo tomo entre sus dedos comenzando a masturbarme a lo que yo solo me aguantaba para no gemir.

Nuevo reino, nuevo infiernoWhere stories live. Discover now