He will be mine

He is worth any sacrifice

Me sentía confundido, no sabía qué era lo que sentía hacia mi alumno, seguramente si Shen sabría de esto se pondría a reír, pero esta sensación me gusta, me hace sentir lleno.

Estaba sentado en mi cama, a altas horas de la madrugada, no pude conciliar el sueño, otra vez, hace un mes que sufría insomnio por culpa de mis sentimientos hacia Kayn, una fina lágrima escapó de mis ojos.

¿Qué me hiciste mocoso?

Finalmente pude dormir.

A la mañana siguiente me puse mi armadura, había dejado de usar mi yelmo desde hacía tres meses.

El día anterior llamé a Syndra para que esta mañana viniera, ella era la única persona en la que podía confiar.

-Maestro Zed- Oí a Kiza, un alumno vastaya.

-Pasa algo?, Kiza?- Respondí

-Ya va a comenzar el entrenamiento, usted es quien nos debe supervisar para ver nuestras mejoras en estas últimas semanas- Dijo él

-Lo había olvidado, en un minuto estaré ahí- Respondí y él se fué

Durante el entrenamiento no pude evitar fijar mi vista en Kayn, su larga trenza, su mechón azul, su cuerpo delgado pero fuerte y pequeño

Hacía unos días que pensé enviar a Kayn a una misión de robar una guadaña darkin, pero por el riesgo de que el darkin corrompa su cuerpo, o él por estupidez intentara dominarla sin éxito, decidí ir yo mismo y pude destruir la guadaña.

Sentí una inmensa furia cuando mi alumna Horuda se acercó a Kayn para ofrecerle una toalla, no puedo creer que sienta estas emociones tan mundanas. Hacía años que enterré esas emociones.

Después de el entrenamiento pude oír a Horuda decirle tímidamente a Kayn.

-Kayn, deseas que prepare algo para tí?-

-Claro, alguien como yo merece ser servido- Dijo Kayn egocéntrico

-Un Bentō?, podemos comer juntos en unas horas, si es que quieres- Dijo ella tapándose la mitad de su rostro con su cabello

-Está bien- Dijo

Sentía una enorme rabia al imaginarme a Kayn comiendo con ella.

En unas horas llegó Syndra al templo.

-Zed, me alegra verte- Dijo Syndra

-Vamos a la sala de reuniones para una conversación más privada- Dije y nos encaminamos a la sala de reuniones.

Nos sentamos en uno de los cinco sillones de la habitación y cogimos cada uno una taza de té.

-De qué tema quieres conversar, Zed?- Preguntó

-Recuerdas a mi alumno Kayn?- Pregunté

-Pero por supuesto, ese muchacho es muy talentoso, tengo buenos recuerdos con él, cuando lo trajiste hace diez años era todo un escuálido, y ahora es el mejor de tus alumnos, cuántos años tiene ahora?- Preguntó

-20 años- Dije

-Ya es todo un hombre, bueno, cuál es el problema con él?- Preguntó volviendo al tema principal.

-No sé qué siento hacia él, no dejo de pensar en cómo es él, e imaginarme a alguien más a su lado me molesta- Dije

-Zed, creo que te enamoraste, y estás en buena edad, a tus 30 años, él siente lo mismo?- Preguntó emocionada

-No lo sé- Dije

-Entonces hay que averiguarlo ahora mismo- Dijo

-Está almorzando con una de mis alumnas- Dije molesto por los celos.