Brillante

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Información:
• Sucesos tras la batalla de Rengoku contra Akaza.
• Drabble.
• Dedicado a: -Louli💕
• 656 palabras.

Dato: Con este pequeño drabble doy inicio al libro de esta bella parejita. Sientanse en libertad de pedir uno si gustan <3

 Sientanse en libertad de pedir uno si gustan <3

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Shinobu Kochō era brillante.

Bueno, eso era lo que pensaba Kyojurō Rengoku al verla. Era una mujer de una paciencia muy limitada, pero dispuesta a ayudar sin desear algo a cambio. Inteligente, valiente, pero sobre todo poderosa.

¿Por qué?

Por el simple hecho de que le traía ensimismado en el movimiento de sus belfos al hablar, o el de sus manos refinadas moviéndose con maestría al momento de sanar las heridas. O quizás cuando su expresión serena dejaba de ser fingida y sonreía de forma genuina.

No sabía con exactitud, pero ella tenía algo que lo forzaba a no apartar la vista. ¿Serían sus ojos que asemejaban al color de las glicinias? No, dudaba que fuera aquello.

A lo mejor se trataba de su voz suave al pronunciar su nombre con un poco de preocupación. O tal vez se debía al hecho de haber visto por primera vez sus lágrimas cuando a duras penas regresó de su batalla contra Akaza.

Milagrosamente se había salvado de una muerte segura.

Sin embargo no se salvó de un severo regaño por parte de la pilar del insecto, quien entre lágrimas le exigía que no fuera tan descuidado sobre sí mismo en su próxima misión, que si volvía a hacerla pasar por un susto así, no se lo perdonaría.

—Estoy bien, Kochō. Tranquila...

Ella parece reaccionar, por lo que las lágrimas que había estado reteniendo finalmente ruedan por sus mejillas con libertad mientras cubre sus labios con sus manos, para así evitar que sus gemidos lastimeros se oigan por completo.

Rengoku se preocupa inmediatamente al verla llorar, y sin estar muy seguro de qué hacer, sus movimientos son mecánicos a la hora de rodear el cuerpo más pequeño y acunarlo entre sus fuertes brazos. Le dolía el pecho al verla así, tan mal. Su característica sonrisa se borró en ese preciso instante, y deslizó sus manos por la espalda de la que era más baja.

Shinobu se aferró a su uniforme con fuerza, ocultando su rostro en el torso ajeno. Sollozaba, se desahogaba. En otras circunstancias Kyojurō habría tenido alguna idea de cómo sacarle una genuina sonrisa, pero en ese momento, cuando él mismo estaba un tanto nervioso por la cercanía, no podía hacer un mal movimiento. A menos que quisiera que Kochō le cortara la lengua.

—Koc- Shinobu. —se interrumpió a sí mismo, estando más cómodo con la pronunciación de su nombre. —¿Estás mejor? —indaga cuando el llanto de la fémina mengua.

Ella se rió.

—Ara ara... Lo siento mucho, Rengoku-san. —comentó con profunda pena. Sus mejillas se tornaron de un ligero color rosa, siendo esta la mejor prueba de su vergüenza. —Pero habiendote dado esa advertencia, me ret-... —sus palabras se ven interrumpidas cuando Rengoku repentinamente vuelve a abrazarla. —¿Rengoku... San?

—Debiste pasar un mal rato a causa mía... Te pido disculpas, Shinobu. —Kochō no respondió, estaba más concentrada en el acelerado ritmo de su corazón, que en las palabras de Kyojurō en sí. —¿Tienes algo que hacer mañana?

—Ara... ¿me invitas a salir? —tantea, obteniendo un poco más de su habitual auto-confianza. El asentimiento de Kyojurō hace que sus mejillas ardan.

—Sí ¿te molesta o ya tienes puesto el ojo en Tomioka?

—Esa es una broma de mal gusto, Kyojurō-san. —a pesar de sus palabras se mantiene sonriendo. —Atrevido de tu parte pensar que rechazaría tu invitación.

Aquella respuesta es suficiente para Rengoku, quien finalmente la deja libre.

Una cosa era segura, se gustaban. Pero anteriormente no tenían motivos para hacerselo saber al otro. Y ahora que habían comprobado que la vida era en realidad muy corta, no pensaban desaprovechar el tiempo.

—¿Nos vemos ahí al amanecer? —intenta asegurarse Kochō, sonriente. Esto le confirma a Kyojurō que Shinobu es brillante en todo sentido. Su simple presencia basta para cegarlo.

Rengoku ensancha su propia sonrisa tras ver las cejas arqueadas de Shinobu, aparentemente esperando su respuesta.

—Allá te veo.

Contarían las horas hasta dicho momento.

©Angell

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©Angell

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