I love you ｢KyoShino｣

Rayos de amor

Información:
• Drabble
• Muerte de un personaje
• Dedicado a -Louli💕 porque es la persona que me hizo amar este shipp jdjdjd
• 591 palabras

Dato: ninguno. Pero hacía falta actualización para esta bella parejita uwu

Despertar cada mañana y notar que sigue viva puede considerarse casi un milagro para Shinobu, considerando las épocas tan duras en que viven. Antes, tenía un enorme miedo de que mientras ella dormía, un demonio se metiera y arrasara con todo lo que le quedaba.

Kochō no se cree capaz de soportarlo. No después de él.

Cierta noche, mientras ella dormía, Tomioka fue atacado mientras estaba inconsciente. Incapaz de defenderse al estar en coma. Ella era la única allí en la finca para protegerlo y no lo consiguió. Y el motivo le pareció tan absurdo que dormir ya no estaba en sus planes. No podía estar tranquila.

La ira se volvió algo con lo que convivir, y solo podía pretender que era la persona más agradable entre todos los pilares. Pero entonces, Rengoku, oh Rengoku... Se habían hecho cercanos.

Tan cercanos como podían serlo con la clase de vida que tenían.

O eso fue hasta hace un tiempo.

Hubo cierta tarde en la que Rengoku se acercó con su usual animo hasta la joven, saludándola como era costumbre. Ella fingió una sonrisa al principio, pero entonces él dijo No hay necesidad de falsas sonrisas entre nosotros, Kochō. Ella estaba sumamente sorprendida tras ese hecho.

Desde aquella vez, no volvió a sonreír frente a él si es que realmente no tenía deseos de hacerlo. Pero con el paso del tiempo, sonreírle al rubio se había vuelto una acción inconsciente de su parte.

Una vez que sus miradas se cruzaban, ella sonreía genuinamente, y Kyojurō parecía satisfecho con esto, por lo que amablemente palmeaba el hombro de su amiga, y cuando hubo suficiente confianza entre ambos, se atrevía a rodearla por los hombros o incluso darle pequeñas palmadas en la cabeza de forma afectuosa. Kochō parecía sonreír más ante estas acciones.

Inevitablemente, una noche descubrió que Rengoku Kyojurō se estaba apoderando de su corazón.

Al principio, sintió miedo. Poco a poco, dejó sus sentimientos de lado y, antes de darse cuenta, un día ya se había confesado y estaba siendo besada por el pilar de la flama. Era correspondida.

El beso fue una mezcla realmente agradable.

Su pecho se sintió cálido, percibió cierta dulzura en sus labios, probablemente de algún postre que el pilar haya ingerido momentos antes. Y, finalmente, una gran emoción que hace tanto no sentía.

Se hicieron pareja un tiempo después, y comenzaron a hacer equipo para ir a las misiones.

Shinobu usaba la excusa de mantenerlo vigilado para asegurarse de que no estaría sacrificando su vida cada vez que se le presentara la oportunidad. Con ella presente, no permitiría que algo malo le sucediese. Se aseguraría de sanar sus heridas tan pronto como pudiera.

Aún en esas ocasiones, a ella le costaba conciliar el sueño. Casi no dormía.

Kyojurō fue atento y cariñoso, bastante paciente con ella. Y de a poco, consiguió que ella pudiera dormir nuevamente en calma. Se aseguraba de dejar un dulce beso en su frente y de abrazarla lo suficientemente fuerte como para brindarle seguridad cada noche antes de dormir, lo mismo por las mañanas. Dejaba sutiles caricias en sus cabellos y mejillas y, entonces, Shinobu despertaba con una indescriptible paz y felicidad.

—Buenos días, Kochō —Kyojurō sonrió y dejó un pequeño beso en sus labios. La llamaba de esa forma más por costumbre que otra cosa, igualmente a ninguno le molestaba.

—Buenos días, Rengoku-san —devolvió el saludo amablemente y enterró su cara en la curvatura del cuello ajeno—. Las mañanas a tu lado son muy dulces...

Sonrieron.

Desde entonces, cada mañana era igual.

©Angell